La seguridad alimentaria global se encuentra bajo presión. A pesar de que los líderes mundiales adoptaron, con el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la tarea de reducir a la mitad la proporción de personas que sufren hambre en el mundo entre 1990 y 2015, no estamos nada cerca de cumplir con dicha meta.
El porcentaje de personas subnutridas cayó de un 20 por ciento en 1990–1992 a un 16 por ciento en 2004–2006. No obstante en años recientes el número de personas que padecen hambre ha ido, de hecho, en aumento.
En 2009, el número de personas subnutridas superó los mil millones a consecuencia de la crisis de los precios de los alimentos y en medio de la recesión mundial. Estimaciones más recientes del Programa de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, sugieren que el número habría caído a 925 millones en 2010.
Dentro de este sector de la población hay un grupo especialmente vulnerable: las niñas y niños pequeños. La subnutrición sufrida durante los dos primeros años de vida puede poner en riesgo la propia vida del niño y la niña, así como comprometer su desarrollo físico, motor y cognitivo. Para aquellos que sobreviven, la subnutrición en los dos primeros años suele acarrear daños irreversibles a largo plazo.
Resulta por lo tanto de particular importancia que emprendamos una acción conjunta para combatir el hambre, especialmente entre los infantes. Esta es la temática central en que hace énfasis el Índice Global del Hambre 2010, publicado de forma conjunta por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), Concern Worldwide, y Welthungerhilfe [[- «Mejorar la nutrición infantil para reducir el hambre, según el nuevo Índice Global del Hambre«, IFPRI – welt hunger hilfe – Concern worldwide, Washington, Comunicado de Prensa, 11-10-2010.]]. El 2010 es el quinto año en que el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias [[Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias
El International Food Policy Research Institute (IFPRI) fue fundado en 1975. Su misión es brindar soluciones de políticas que reduzcan la pobreza en los países en vías de desarrollo, logren seguridad alimentaria sostenible, mejoren la salud y la nutrición y promuevan un crecimiento agrícola amigable con el medio ambiente. Para alcanzar estas metas, el Instituto se concentra en la investigación, así como en el fortalecimiento de capacidades y la comunicación de políticas. Colabora estrechamente con instituciones nacionales y redes regionales de nutrición e investigación agrícola de países en vías de desarrollo. El Instituto también se dedica a celebrar diálogos de amplio alcance, de modo que las nuevas percepciones científicas generadas por los resultados de sus investigaciones puedan integrarse a las políticas agrícolas y alimentarias y puedan crear conciencia pública respecto a la seguridad alimentaria, la pobreza y la protección del medio ambiente. El IFPRI es financiado por gobiernos, organizaciones internacionales y regionales y fundaciones privadas, muchas de las cuales son miembros del Consultative Group on International Agricultural Research (www.cgiar.org). Esta asociación consiste en 15 centros internacionales de investigación agrícola que trabajan en estrecha colaboración con sistemas nacionales de investigación agrícola, gobiernos, organizaciones no gubernamentales y el sector privado.]] ha estimado el Índice Global del Hambre (IGH) y analizado este indicador multidimensional del hambre mundial. Esta serie de informes registra la situación del hambre a nivel global y también país por país, centrando la atención de los países y regiones en aquellos aspectos donde la acción es más urgente. De esta forma, estos informes brindan apoyo a los esfuerzos de promoción, diseño y gestión de políticas a nivel nacional e internacional.
Este informe brinda una imagen no del presente sino del pasado. La estimación del IGH tiene limitaciones a causa de la captura de datos por parte de los gobiernos y agencias internacionales, y con datos de último minuto sobre el hambre mundial simplemente no se cuenta. El IGH 2010 incorpora los datos más recientes a nuestra disposición, y no refleja por tanto el impacto de los eventos económicos más recientes. Esta información, no obstante, sí permite identificar aquellos países y regiones en donde el hambre es más severa y persistente. Los niveles de hambre van de alarmantes a extremos en veintinueve países, y entre las regiones del planeta, Asia Meridional y el África Subsahariana continúan padeciendo los mayores niveles de hambre. Es clave recordar que estos resultados representan el sufrimiento extremo de millones de personas.
– El IGH 2010 [[- Anexo Tablas 2010: Data Underlying the Calculation of the 1990 and 2010 Global Hunger Indices.]] subraya también un componente fundamental del hambre –la subnutrición en la primera infancia. El capítulo 3 explica cómo una pobre nutrición entre los menores de dos años puede tener consecuencias para toda la vida en cuanto a la salud, la productividad y el desempeño económico. Se discute además cuán urgente es atender la subnutrición en la primera infancia para poder lograr mejoras en la reducción del hambre global.
Esperamos que este informe no sólo genere discusión sino que además mueva a la acción en todo el mundo con el fin de hacer frente al hambre, especialmente entre los y las niñas pequeñas.
2010 Global Hunger Index: Book Release, International Food Policy Research Institute – 2033 K Street, NW, Washington, DCO, ctober 14, 2010
Hunger and malnutrition severely impede global progress: undernutrition during the first 1,000 days of life (from conception to age two) is not only one of the leading contributors of global hunger, but also has largely irreversible consequences for health, productivity, and economic performance.
The 5th annual Global Hunger Index, published by the International Food Policy Research Institute (IFPRI) in collaboration with Concern International and Welthungerhilfe, assesses the state of world hunger and draws attention to the countries and regions most severely impacted by hunger, with the goal of generating policy solutions and stimulating action.
In addition to showcasing highlights from the 2010 Global Hunger Index report, this session will explore how agricultural innovation and policy can be harnessed to improve food supply, increase productivity, and fuel economic growth, and ultimately lead to positive nutrition and health outcomes.
El Índice Global del Hambre (GHI) muestra que el progreso mundial en la reducción del hambre sigue siendo lento. El GHI global de 2009 ha caído apenas en una cuarta parte con respecto al de 1990. Desde ese año el Sudeste Asiático, el Cercano Oriente y África del Norte, así como Latinoamérica y el Caribe, han reducido significativamente el hambre. Sin embargo, el GHI sigue siendo angustiosamente alto en Asia Meridional, que ha venido progresando desde 1990, y en el África Subsahariana, donde el avance ha sido marginal.
Algunos países tuvieron un progreso notable en la mejora de su GHI. Entre el GHI de 1990 y el de 2009, Kuwait, Túnez, Fiyi, Malasia y Turquía tuvieron las mejoras más grandes porcentuales. Angola, Etiopía, Ghana, Nicaragua y Vietnam experimentaron las mejoras más grandes absolutas en sus puntajes.
Ello no obstante, 29 países tienen niveles de hambre alarmantes o extremadamente alarmantes. Los países con los puntajes más altos en el GHI de 2009 son Burundi, Chad, la República Democrática del Congo, Eritrea, Etiopía y Sierra Leona. En la mayoría de los países con altos puntajes en el GHI, la guerra y los conflictos violentos han dado lugar a una difundida pobreza e inseguridad alimentaria. Casi todos los países en los que el GHI aumentó desde 1990 se hallan en el África Subsahariana [[Mapa del África Sub-Sahariana: recursos minerales e inestabilidad política
– Mapa de Le Monde Diplomatique sobre datos de la Organización Internacional para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD) del África Sub-Sahariana relacionando los recursos minerales y la inestabilidad política. «El África Sub-Sahariana es una región repleta de valiosos recursos minerales (metales, petróleo o diamantes). Empresas extranjeras lideran la explotación y extracción en muchos de estos lugares y alimentan los mercados mundiales. Esta región es también el marco de muchos conflictos abiertos«.]].
La actual crisis financiera y la crisis de alimentos, vinculadas en formas complejas, tendrán implicaciones para la seguridad alimentaria, la estabilidad financiera y económica y la seguridad política. El máximo impacto lo sufrirán los pobres y hambrientos, y los países con los mayores niveles de hambre estarán también entre los más vulnerables a la crisis global.
Aunque los pobres y los hambrientos son en general los más afectados por la crisis financiera y la de alimentos, los impactos recisos a nivel de hogar difi eren ampliamente. Las respuestas de políticas a ambas crisis deben tener en cuenta estos distintos impactos. Deberían diseñarse estrategias de protección social para mitigar el actual impacto sobre los más vulnerables, sentar las bases para una recuperación sostenible y prevenir impactos negativos en el futuro. Se deberían ampliar y fortalecer las intervenciones de nutrición, tales como los programas de alimentación escolar y de nutrición infantil temprana y nutrición materna, a fin de asegurar una cobertura universal.
Una parte importante de la solución al hambre global es reducir la desigualdad de género. Este informe compara el GHI de 2009 con el Índice Global de la Disparidad de Género de 2008, el cual está conformado por cuatro subíndices: participación económica, logros educativos, empoderamiento político y salud y supervivencia. Las evidencias muestran que los mayores niveles de hambre están relacionados con menores tasas de alfabetismo y de acceso a la educación para las mujeres. Las altas tasas de hambre están asimismo ligadas a las desigualdades de salud y supervivencia entre hombres y mujeres. Por tanto, resulta esencial reducir las disparidades de género en áreas clave, particularmente en salud y educación, para reducir los niveles de hambre.
(27 de abril de 2011)