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El de las hojas de naranjo es para Laura Romera aceite esencial básico en situación de estrés, como prevención de trastornos cardíacos y del sueño.
Es antiespasmódico, calmante del sistema nervioso y mejora la circulación arterial: «En aplicación junto con lavándula sobre la zona pectoral y del corazón, se refuerza el músculo cardíaco, que recupera flexibilidad. Si hay soplos, combinado con un cítrico. El infarto guarda relación con un excesivo trabajo que rompe el músculo. Y los soplos están relacionados, a su vez, con falta de energía, por lo que se puede combinar aceite de hoja y de cáscara de naranja».
Según Laura Figueroa los cítricos son una especie de inyección de energía, útiles para dejar una adicción fuerte como la pareja o fumar («Aceite de hoja de naranjo en dilución concentrada, para olerlo y aplicar varias veces al día en el pecho o como loción corporal o para después del afeitado. Cuanto más penetre al cuerpo a través de la piel, mayor es el efecto «), en crisis de ansiedad y pánico, para calmar ataques de ansiedad y crisis de pareja.
Para fortalecer la voluntad de la persona, son apropiados los aceites de albahaca, tomillo y romero. Y el de laurel («Cicatriza a todos los niveles») si la persona está muy baja emocionalmente, lo que afecta a su árbol respiratorio.
(publicado en Conocer Arganzuela 139, julio/agosto de 2004)