El polen es producto de secreción de los órganos masculinos de las plantas, encargado de fecundar los órganos femeninos. La abeja lo toma de las flores y lo utiliza para alimentar las larvas de zánganos y obreras.
El polen fresco tiene un 15% de agua, que hay que bajar mediante el secado a un 4 o 5% para que no se enmohezca o fermente. El polen ha sido bien secado si las bolitas no se pegan unas a otras. Si el grano de polen tiene muchos colores (amarillo, negro, rojo, tostado, …) es más rico en propiedades por provenir de una mayor variedad floral.
El polen es una fuente insustituíble de proteínas que contiene todos los elementos indispensables para la vida de los organismos vegetales y animales. Es particularmente rico en vitaminas (todas las del grupo B, además de las vitaminas A, E, D y C), sales minerales y oligoelementos y hormonas de crecimiento y aminoácidos.
Contiene sustancias antibióticas activas, es eficaz en la anemia perniciosa, normaliza el funcionamiento de los intestinos, abre el apetito, aumenta la capacidad de trabajo, reduce la presión arterial y aumenta el contenido de hemoglobina y el número de eritrocitos en sangre.
Es eficaz en el tratamiento de la hipertensión y de afecciones graves de los sistemas nervioso y endocrino.
El polen ejerce una acción particularmente benéfica sobre la próstata y como remedio preventivo de su inflamación (prostatitis) y de los adenomas.
El polen de las plantas estimula el metabolismo y ejerce una influencia terapéutica benéfica sobre todo el organismo humano.
En general se recomienda unos 30 grs. de polen diarios, en 2 tomas de una cucharada sopera en ayunas y otra antes de comer.
De acuerdo con la opinión de gran número de naturistas, entre ellos J. M. Pamies Travesset ( «Miel, jalea, polen y própolis» , Medicina Natural, Libsa, Madrid, 1997): «Parece estar bastante comprobado, en la práctica, el beneficioso efecto que tiene la ingestión del polen en las personas alérgicas cuando realizan una cura de polen uno o dos meses antes de que cobre mayor auge la polinización de las flores».
(publicado en Conocer Arganzuela nº 76, noviembre de 1998)