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Alanina es un aminoácido no esencial que forma parte del flujo prostático y contribuye a la salud de la próstata.
Interviene en el metabolismo de la glucosa: en situación de ayuno o actividad física intensa alanina es captado por el hígado donde por gluconeogénesis se transforma en glucosa, mejora una dieta de sobrecarga de carbohidratos y la cetosis post-ejercicio, y es un adecuado recuperador tras una actividad deportiva de alta intensidad.
Mikel García Iturrioz indica otras aplicaciones como hepatitis alcohólica, depresión monopolar e hipoglucemia (situaciones en que «Se detectan niveles reducidos» de alanina), diabetes («Actúa contra la cetoacidosis directamente sobre el hígado, independientemente de la insulina»), epilepsia (alanina es «Neurotransmisor inhibidor en el cerebro, con efecto antiepiléptico paralelo al GABA y taurina»), inmunodepresión (importante en la producción de linfocitos: «Contribuye al crecimiento del timo, que aumenta la división de linfocitos en sangre», por lo que recomienda alanina junto con otros nutrientes en caso de inmunodeficiencia) y la prevención de cálculos renales: «Degrada los cálculos de fosfato y oxalato».
Documentación utilizada
– Seminario «Nutrición óptima de aminoácidos y proteínas», Mikel García Iturrioz, Madrid, octubre de 2004.
– Mikel García Iturrioz: Guía completa de aminoácidos y proteínas, Madrid, 2004.
– Diccionario terminológico de Ciencias Médicas, Masson, Barcelona, 1998.
(publicado en Conocer Arganzuela nº 147, abril de 2005)