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Acetil L-Carnitina es un derivado del aminoácido carnitina que se produce de forma natural en los seres humanos.
Se encuentra sobre todo en músculos, cerebro y testículos y ha sido objeto de estudio por su posible uso para frenar el deterioro nervioso y cerebral de envejecimiento, demencia senil y enfermedad de Alzheimer: «Puede mejorar la memoria, la atención y el rendimiento mental, reducir la depresión senil y la alteración del sueño asociada, y mejorar la circulación sanguínea cerebral», según Mikel García Iturrioz .
ALC es también tónico cardiaco, reduce los niveles de colesterol y triglicéridos y mejora el cociente entre colesterol HDL (bueno) y colesterol LDL (malo).
Suplementar ALC puede potenciar la energía en debilidad muscular y síndrome de fatiga crónica, y mejorar la resistencia aeróbica al ejercicio.
ALC puede tener un papel importante en el alcoholismo al prevenir el daño ocasionado a las células por el alcohol y mejorar los déficits cognitivos, reducir los temblores de la abstinencia y ser útil para tratar la dependencia.
Es útil también en neuropatía diabética, por traumatismos y periférica, así como en caso de disfunción eréctil o impotencia por enfermedad de Peyronie; reduce el desarrollo de cataratas en personas diabéticas y ayuda a revertir la amenorrea hipotalámica.
Iturrioz subraya que para potenciar la función cerebral es preferible ALC, pero para mejorar la salud cardiovascular es más adecuado utilizar L-carnitina.
Richard Firshein afirma que acetil L-carnitina (ALC), si se toma por su acción sinérgica con fosfatidilserina (FS), protege las células nerviosas, las mantiene flexibles y activas y potencia el funcionamiento cerebral.
ALC pasa fácilmente a través de la barrera hematoencefálica al interior de las neuronas, donde potencia el metabolismo graso, impide la acumulación tóxica de ácidos grasos en las mitocondrias cerebrales y asegura su adecuado funcionamiento, promueve un uso eficiente de la energía en el cerebro y mejora su suministro del neurotransmisor acetilcolina, que es crucial para la función de la memoria.
ALC tiene, además, efectos neuroprotectores sobre las lesiones de los nervios periféricos y ayuda en neuropatías periféricas o deterioro de los nervios que se extienden desde la médula espinal hacia todo el cuerpo incluidas las piernas.
Documentación utilizada
– Seminario «Nutrición óptima de aminoácidos y proteínas», Mikel García Iturrioz, Madrid, octubre de 2004.
– Mikel García Iturrioz: Guía completa de aminoácidos y proteínas, Madrid, 2004.
– Richard Firshein: La revolución de los farmanutrientes, Edaf, Madrid, 2001.
– Diccionario terminológico de Ciencias Médicas, Masson, Barcelona, 1998.
(publicado en Conocer Arganzuela nº 147, abril de 2005)