A la hora de cómo tratarlas, especialmente en relación a la sequedad y la deshidratación, teniendo en cuenta las situaciones prolongadas al aire libre y el sol, lo primero que Almudena señala es que «el motivo de esa sequedad o deshidratación es porque la piel no mantiene la oxigenación o el agua suficientes, por lo que la elastina o parte elástica de la piel tiende a estar en mal estado». Para frenar ese proceso y mejorar el estado de la piel, hay que limpiarla primero y después proporcionarle una buena hidratación y/o nutrición, según la edad de la persona y el tipo de piel, así como proceder a su oxigenado.
En concreto, para llevar a cabo una buena limpieza de la cara la esteticista se vale periódicamente del peeling y de una buena mascarilla. De un lado «un buen peeling o exfoliante para retirar las células muertas y otras impurezas de la piel, con lo que el poro queda limpio y penetran mejor las cremas u otros productos que se aplican sobre ella, lográndose una mejor hidratación y oxigenado de la piel». De otra parte «la mascarilla hidrata y vitaliza, cierra los poros y aporta vitaminas y minerales». Respecto al cuidado más cotidiano de la piel, Almudena insiste en la necesidad de su limpieza diaria, «utilizando en todos los tipos de piel una leche limpiadora y un tónico una vez al día para retirar la suciedad, grasas, sudor, contaminación, …».
Para la piel seca o sensible, la que más cuidados necesita, por la mañana sería precisa una crema hidratante así como una crema nutritiva por la noche, que lleven por ejemplo manzanilla por su efecto descongestionante. En el caso de una piel mixta o normal, una crema hidratante para ese tipo de piel a base de aceite de borraja o algún tipo de vitaminas para vitalizar la piel y, según cuál sea la edad, una crema antiarrugas o reparadora. Si se trata de una piel grasa o acnéica habrá que limpiar con leche o tónico específico, que contenga por ejemplo hamamelis por su acción astringente, y una crema que hidrate esa clase de piel; además, debe aplicarse dos o tres veces por semana una buena mascarilla de arcilla para regular la grasa o acné.
Precauciones ante la exposición solar
Frente a la deshidratación deben utilizarse cremas compuestas a base de extractos naturales de diversas plantas, tales como manzanilla, aloe vera, hiperico, caléndula, etc., que ayudan a que la piel conserve la humedad requerida a la hora de tomar el sol.
Es también necesaria una buena protección, distinta según el tipo de piel y su grosor: «En el caso de una piel seca, desvitalizada, sensible o más fina, debe utilizarse siempre una protección alta para que los rayos del sol no penetren en ella, y evitar así la deshidratación, la aparición de manchas y un envejecimiento prematuro de la piel debido a la radiación solar».
La piel mixta o normal requiere una protección media mientras que la piel grasa o acnéica, bastante dura, precisa de una protección menor. Pero, en cualquier caso, y para mantener la piel saludable,»siempre es recomendable utilizar una crema con algún grado de protección». Almudena previene contra la utilización de «bronceados demasiado intensos, que ponen negro del todo y que aceleran el envejecimiento de la piel y la aparición de arrugas», máxime cuando cada vez son más frecuentes las alergias de todo tipo ante la exposición prolongada a los rayos solares.
Almudena Calzado finaliza refiriéndose a un problema bastante extendido, la couperosse o capilares dilatados en las mejillas. Para hacerle frente de manera satisfactoria habrá que aplicar sobre la piel rosa mosqueta y aceite de germen de trigo, combinado con un tratamiento circulatorio, a base de ginkgo biloba y castaño de indias por ejemplo.
Manzanilla: anticongestiva, suavizante, antiséptica y calmante.
Aceite de borraja: junto con la vitamina E favorece el estrato córneo (membrana cutánea externa de cuya hidratación depende la elasticidad de la piel) frente al envejecimiento, y es rico en ácidos grasos esenciales que frenan la deshidratación, regulan la descamación y protegen contra las agresiones físico-químicas externas.
Hamamelis: acción astringente que disminuye la secreción sebácea, cierra los poros y reafirma la piel, y acción emoliente o lubricante que retiene agua e hidrata. Es también vasoconstrictora, descongestiva y antiinflamatoria.
Mascarilla de arcilla: útil en todo tipo de cutis, en especial para la piel grasa. De propiedades antisépticas, limpia, tonifica y facilita la penetración en la piel de otros elementos activos aplicados.
Aloe vera: efecto hidratante y nutritivo, favorece la oxigenación cutánea y previene las arrugas.
Hiperico: acción antiséptica.
Caléndula: propiedades descongestiva, antiséptica y cicatrizante. Efecto curativo en úlceras, piel de naranja, …, su aceite tiene una gran acción calmante.
Aceite de rosa mosqueta: rico en principios activos, con propiedades regeneradora, reafirmante, cicatrizante, elimina ciertas manchas y arrugas en la piel.
Aceite de germen de trigo: indicado para piel dañada por viento y sol, es rico en vitamina E (efecto antioxidante y antiradicales libres que destruyen células y membranas celulares), favorece la elasticidad y tersura de la piel.
(artículo publicado en Conocer Arganzuela nº 72, junio de 1998)