La celulitis es una disfunción de la capa interna de la piel. Por acumulación de agua y grasa se origina una alteración vascular, del retorno venoso y del sistema linfático, que produce sensación de pesadez y la denominada piel naranja, visible en el exterior y que avisa de la instauración celulítica. Si no se trata a tiempo y desde una adecuada perspectiva multilateral tiende a cronificarse.
En la obesidad , que afecta a hombres y mujeres, aumenta de forma generalizada el volumen y el número de células grasas o adipositos así como el volumen corporal, la piel se engrosa y vuelve blanda y elástica a la presión, y precisa de un tratamiento a base de dieta hipocalórica, ejercicio físico y complementos naturales.
En la lipodistrofia , trastorno en el metabolismo de las grasas que suele requerir de tratamiento quirúrgico, se acumula mucha grasa en algunas partes del cuerpo, de cintura para arriba en el patrón masculino o androide, y de cintura para abajo en el patrón femenino o ginoide.
Con todo, Pedro Palomo matiza y precisa que muchas veces es necesaria la palpación para diferenciar la obesidad de la celulitis.
La celulitis es un acúmulo de grasas y líquidos en zonas determinadas, que origina una alteración estructural del tejido conjuntivo intersticial y de la circulación venosa y linfática de las partes afectadas: «La circulación es causa fundamental de las alteraciones localizadas de la celulitis y su instalación definitiva». Aparece la típica piel naranja, una mayor fragilidad vascular y dolor al presionar. Según Palomo sólo afecta al sexo femenino y es fundamental un tratamiento externo e interno, más o menos prolongado pero en cualquier caso no de poco tiempo, así como mejorar la circulación venosa y linfática para regenerar y equilibrar las alteraciones que están produciéndose, junto con modificaciones del nivel de vida y alimentario de la persona, que incluyan una dieta equilibrada y tonificar el sistema muscular.
Evolución y fases
Respecto a la evolución de la instauración de la celulitis, Pedro Palomo se refiere a su inicio, compacta, y que es: «Asintomática, ni siquiera se percibe por palpación, en la que comienza la acumulación de grasa en determinadas zonas, con una pequeña alteración inicial de la circulación de retorno y también arterial, que entorpece el intercambio arteriovenoso, con enlentecimiento de la circulación venosa y linfática que origina un estasis sanguíneo que a su vez produce un mayor enlentecimiento, una fuerte retención de sangre y un mayor entorpecimiento del sistema circulatorio», lo que ocasiona que posteriormente aumente la permeabilidad vascular de los vasos linfáticos y venosos hacia los tejidos del exterior, con lo que aumenta aún más la compresión y se entorpece más el intercambio: «Se produce un edema del tejido conjuntivo, con salida de líquido rico en sodio y mucopolisacáridos y falta de oxigenación y alimentación celular, con entorpecimiento del equilibrio celular y alteración de la estructura de la celulitis».
Esos mucopolisacáridos después se gelifican y transforman en un gel o sustancia geloide más difícil de absorber, produciendo una red de fibrillas similar a los panales de las colmenas hasta llegar a la fibrosis, que precisa de un tratamiento de la circulación para romper esas estructuras fibrosas, incluso micronódulos y nódulos mayores y visibles, con instauración plena de la piel naranja y de la celulitis, situación que: «Requiere el drenaje linfático para romper el entramado de fibras».
Tras la salida de líquidos del sistema circulatorio, aumenta más la presión sobre la zona, comprimiendo los sistemas venoso, linfático y nervioso, disminuye más la oxigenación y la alimentación celular y se produce también el aumento de la retención de líquidos.
En una primera fase, inicial o joven, se habla de celulitis compacta , dura al tacto y en apariencia adherida al músculo, que puede doler o no a la presión y ofrece el aspecto característico de la piel de naranja, afectando a muslos, rodillas, caderas y glúteos. Es típica de mujeres jóvenes sin sobrepeso, con un componente hormonal además de las alteraciones de la circulación, y suele empeorar con erróneos hábitos alimentarios y costumbres de vida como vestirse de manera inapropiada, estar mucho tiempo en la misma postura y posición, de pie o sentado, y sin hacer ejercicio.
Si no se trata puede evolucionar hacia la celulitis edematosa o pastosa, que duele al tocarla y se asocia a problemas circulatorios, previos o producidos por la celulitis, con retención de líquidos, varices o pequeñas venas varicosas y pesadez de piernas por mala circulación de retorno venoso, y que afecta sobre todo a los muslos con las típicas cartucheras.
Una tercera fase es la celulitis blanda y esponjosa, que nunca duele y suele presentarse en la parte interna de los muslos y brazos, asociada a musculatura atrófica, hinchazón y piel con estrías por flacidez y falta de tonicidad muscular. A simple vista se aprecian nódulos, así como infiltraciones a la palpación profunda. Aparece sobre todo a partir de los 40 años o como consecuencia de un adelgazamiento mal llevado y demasiado rápido: «Por las dietas hipocalóricas yoyó, que bajan grasa o peso pero no la celulitis, que nunca puede reducirse con una dieta hipocalórica –excepto si además hay obesidad- sino con una dieta equilibrada».
Localización
Los adipositos, células adiposas o grasas, aumentan de tamaño y bloquean el riego sanguíneo y linfático produciendo su alteración y degeneración. Se provoca la ralentización circulatoria, la falta de oxigenación y la acumulación y estancamiento de toxinas en las zonas afectadas, con infiltraciones subcutáneas y posible inflamación. Así aumenta el volumen de los adipositos, se rompen las fibras elásticas, degeneran las fibras de colágeno y hay mayores alteraciones arteriovenosas y linfáticas, con estancamiento venoso, acumulación de toxinas como sustancias residuales y proteínas plasmáticas, y alteraciones en los líquidos tisulares por las toxinas. A su vez se produce un espesamiento y endurecimiento del tejido celular existente debajo de la mucosa, con aparición de pequeños nódulos, deformación de la zona afectada y adherencias escleróticas, se acentúa la retención de líquidos y por último se produce un relajamiento cutáneo con implicación de las fibras nerviosas y aparición de dolor en la zona afectada, a la palpación sobre todo.
Las localizaciones más frecuentes de la celulitis son el interior o cara interna de la rodilla, que aparece en la pubertad y es muy difícil de eliminar: «Con drenaje linfático y mejorando la circulación mediante cosmética con aplicación ascendente», los muslos o pistoleras, las nalgas con aspecto acolchado que pueden aparecer en la adolescencia, el vientre a partir de los 40 años y normalmente por sedentarismo: «Necesidad del deporte, abdominales por ejemplo», el interior de los brazos en el embarazo y acompañada de flacidez muscular por cambios bruscos en la dieta y un rápido adelgazamiento o un fuerte aumento de peso, y en el cuello que suele aparecer durante y después de la menopausia y que normalmente no se ve ni se trata porque las localizaciones delanteras son más llamativas.
Factores que predisponen a la celulitis
Pedro Palomo diferencia tres grupos de factores: básicos (componentes constitucional y hereditario), secundarios (exceso de hormonas femeninas o estrógenos, problemas digestivos y estreñimiento, respiratorios, circulatorios y hepáticos) y los ligados al estilo de vida (alimentación, modo de vestir, tipo de trabajo, estrés, tabaco y alcohol).
Como factores básicos señala un componente constitucional ligado a la actividad hormonal, donde la progesterona aumenta la acumulación de grasa y los estrógenos la de líquidos en los tejidos, y un componente hereditario con una mayor o menor predisposición genética a padecer celulitis y que puede modificarse con los factores del estilo de vida.
Son factores secundarios el exceso de hormonas femeninas o estrógenos (por la toma de anticonceptivos, debido a la pubertad o el embarazo, por alteraciones del ciclo menstrual, en la premenopausia o tras la instauración plena de la menopausia, …) que aumentan la retención de líquidos con compresión y ruptura de capilares, aumento del acúmulo de toxinas y dificultad para su eliminación. También, los problemas digestivos (mala absorción de macro y micronutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo, con falta de alimentación y oxigenación celular correcta, y absorción sanguínea de toxinas que se acumulan en zonas críticas debido a estreñimiento, digestión pesada o lenta en el intestino) y el estreñimiento (produce alteraciones en la circulación de retorno, predispone a la celulitis por aumentar la acumulación de toxinas en el organismo y entorpece los tratamientos), la respiración insuficiente o superficial (con mala oxigenación de los tejidos y de la sangre, alteraciones en el metabolismo celular y acúmulo de toxinas), una circulación dificultosa (facilita la aparición de celulitis pues falta una alimentación y oxigenación celular correcta y disminuye la eliminación de residuos tóxicos que entorpecen la eliminación de la celulitis) y problemas hepáticos (alteraciones que dificultan la detoxicación, con acumulación de toxinas en las zonas críticas).
Entre los factores ligados al estilo de vida , que intensifican el desarrollo de la celulitis si existen los factores básicos o los secundarios, destaca la alimentación errónea (dietas yo-yó, desequilibradas que predisponen a la aparición de celulitis, hipocalóricas que si no hay obesidad sino celulitis aumentan su visibilidad: «https://www.herbogeminis.com/revista/Basta con realizar una alimentación equilibrada, respetar los horarios de comidas y evitar las cenas abundantes y fuertes, para mejorar los tratamientos»), el modo de vestir («La ropa debe ser amplia, cómoda y de tejidos que permitan la correcta transpiración de la piel»), el tipo de trabajo (estar mucho tiempo sentado o de pié predispone a la aparición de celulitis, se debe cambiar de posición o realizar ejercicios cada cierto tiempo), el estrés psicológico y físico («Predispone a la aparición y determina la extensión de la celulitis. Las ansias y el nerviosismo aumentan la producción hormonal, la fragilidad capilar y la acumulación de toxinas en los tejidos») y el tabaco y alcohol (deben limitarse al máximo, además de por otras razones, también porque entorpecen los tratamientos naturales).
Consejos alimentarios
El tratamiento, interno y externo, comienza por corregir los errores alimentarios con una alimentación equilibrada, variada y no hipocalórica, excepto si hay también obesidad.
Determinados alimentos mejoran los tratamientos dietéticos en la celulitis, entre ellos frutas como fresa, kiwi, piña y pomelo, verduras como hinojo, apio y zanahoria, y una buena combinación de proteínas animales y vegetales …
La fresa por su contenido en agua y potasio es diurética, por su fibra es laxante, con efecto antioxidante y oxigenante por su alto contenido en vitamina C y hierro, lo que la convierte en apropiada para periodos de estrés.
El kiwi es beneficioso frente al estrés por su contenido en vitamina C, es laxante y también diurético que mejora el equilibrio hídrico.
La piña y la papaya por su contenido en bromelaína y papaína, respectivamente, enzimas proteolíticas que mejoran los procesos digestivos y rompen las proteínas secretadas anormalmente en la celulitis, incluso el entramado de fibrillas formado en sus fases más avanzadas. Además de acelerar la reparación tisular tienen propiedades antiinflamatorias y diuréticas que mejoran la eliminación de líquidos y toxinas.
El hinojo , rico en vitaminas A y C, calcio, potasio, magnesio, hierro y zinc, es diurético y con acción fitoestrogénica que equilibra los niveles hormonales.
El apio sacia y calma en situaciones de estrés y ansia y también es diurético.
La zanahoria es rica en provitamina A, lo que beneficia a la piel, y con fibra laxante apropiada para eliminar residuos y toxinas.
Las proteínas , junto con el ejercicio , desempeñan un papel relevante en el mantenimiento del tono muscular para limitar la expansión de las células grasas y disminuir la retención de líquidos. Pedro Palomo propone la combinación de proteínas animales y vegetales y como más favorables las de cereales con lácteos o bebidas de soja en el desayuno, patatas y lácteos o bebidas de soja, carne y trigo, legumbres o cereales con pescado, pan y pescado, legumbres y cereales, soja texturizada, y lentejas con arroz.
Además de seguir una dieta variada y equilibrada y respetar los horarios de las comidas, Pedro Palomo recomienda tomar 30 minutos antes del desayuno zumos de pomelo, kiwi o piña, o licuados de zanahorias con germen de trigo, incluir en la comida y cena alimentos de los referidos anteriormente, evitar alimentos pesados que entorpecen el proceso digestivo, disminuir el consumo de café y alcohol que sobrecargan el hígado y dificultan una correcta detoxicación, disminuir el consumo de sal en las comidas pues aumenta la retención de líquidos, disminuir el consumo de dulces y azúcares simples o refinados y no tomarlos nunca en la cena (entorpecen la absorción de proteínas, aumentan la acumulación de sustancias residuales y tóxicas en las células, aportan calorías que se transforman rápidamente en depósitos grasos) y tomar fibra y mucho agua fuera de las comidas para mejorar la depuración orgánica.
Plantas para uso interno
Como tratamiento interno complementario, Pedro Palomo indica lo que se puede mejorar y cómo lograrlo. Se refiere a las propiedades e indicaciones de diversas plantas, según los diferentes factores que pueden estar implicados en el proceso de instauración de la celulitis en cada caso en concreto. Se trata de plantas para estimular la circulación, drenar los líquidos retenidos, quemar las grasas acumuladas, equilibrar el sistema hormonal, mejorar la función hepático-digestiva y tonificar el tejido muscular y la piel.
Circulación
Para estimular la circulación arteriovenosa y linfática y hacer frente a varices, hemorroides, miembros adormecidos, edemas y celulitis, se proponen centella asiática (diurética, venotónica sanguínea y linfática, astringente y recuperadora del epitelio capilar), castaño de indias (astringente, venotónico y con acción vitamínica P que aumenta la resistencia y disminuye la permeabilidad capilar, antiinflamatorio y antiedematoso) arándano o mirtilo
(mejora la microcirculación, aumenta la resistencia muscular del miocardio y con acción vitamínica P), semillas de uva (antioxidante muy potente que protege frente a la oxidación de las grasas y del colesterol, fortalece las paredes vasculares y aumenta su flexibilidad y estabiliza el colágeno), vitamina A (antioxidante, fundamental para la vista, piel, pelo, uñas, huesos, dientes y mucosas, aumenta la resistencia a las infecciones), vitamina C (antioxidante, fortalece el colágeno, estimula las defensas y mejora la circulación) y vitamina E (antioxidante, estimula las defensas orgánicas, aumenta la resistencia capilar y previene las alteraciones cardiovasculares y dérmicas).
Retención de líquidos
Para drenar los líquidos retenidos en las zonas afectadas y hacer frente a obesidad e hipertensión, Pedro Palomo señala la utilidad de cola de caballo (remineralizante especialmente rico en sílice ante problemas articulares, con flavonoides y sales potásicas que mejoran la eliminación de los líquidos retenidos, normaliza la tensión arterial y previene la formación de edemas), ortosifón (potente diurético ante edemas y retención de líquidos, colagogo que mejora la digestión de las grasas, hipocolesterolemiante que reduce los niveles de colesterol, hipoglicemiante que normaliza los niveles de glucosa y el apetito), vara de oro (diurético, relajante nervioso para controlar la ansiedad, hipotensor, venotónico que mejora los procesos varicosos y depurativo tradicional antiinfeccioso de las vías urinarias) y otras plantas diuréticas, antisépticas de vías urinarias y que colaboran en la eliminación de toxinas a través del riñón (estigmas de maíz, enebro, abedul, pilosella, lespedeza y gayuba) así como gluconato de potasio (por su papel fundamental en el equilibrio hídrico, interviene en la actividad muscular y regula la excitabilidad neuromuscular y la transmisión nerviosa, está indicado en sobrepeso por retención hídrica, artrosis, reumatismo, dolores reumáticos y calambres).
Acumulación de grasa
Para acelerar el metabolismo y quemar las grasas acumuladas, en dietas de control de peso, retención de líquidos y celulitis, Palomo aconseja el alga fucus (remineraliza y normaliza los desequilibrios producidos por la dieta, estimulante tiroideo muy rico en yodo que mejora el catabolismo, diurético por su contenido en potasio, saciante protector de la mucosa digestiva y laxante suave, hipolipemiante e hipocolesterolemiante), L-carnitina (aminoácido que mejora la combustión de las grasas y acelera su transporte a los centros energéticos), manganeso (equilibrante tiroideo, interviene en el metabolismo de las grasas, mejora la utilización de la glucosa y evita sus picos con lo que disminuye las ganas de comer) y cobalto (regula el sistema nervioso, sobre todo el simpático, evitando la ansiedad, inhibe la producción de gases y el hipo, activa la combustión de los hidratos de carbono, hipoglucemiante, hipotensor y vasodilatador), vinagre de manzana (excelente alimento que aporta vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, enzimas, pectina y betacaroteno, mejora el metabolismo de las grasas y moviliza los depósitos grasos de los adipositos para su transformación en energía en los tejidos musculares, con lo que facilita la pérdida de peso y volumen), tronco de piña (facilita la digestión y el metabolismo digestivo, laxante y diurético suave, destruye las fibras de colágeno que forman la celulitis), té rojo, [goma guar >goma_guar] (saciante) y suero de leche (depurativo y detoxicante, regenera la flora intestinal).
Sistema hormonal y menopausia
Para equilibrar el sistema hormonal, sobre todo una vez instaurada la menopausia y la celulitis a ella debida, Pedro Palomo hace hincapié en el gluconato de zinc-cobre (ante patologías funcionales y de desadaptación hipófisoendocrina, de la diátesis 5, trastornos puberales, síndrome premenstrual o menopausia: «https://www.herbogeminis.com/revista/El zinc regula el eje hipotálamo hipófisis y asociado al cobre interviene en la esfera endocrino-gonadal»), así como plantas que ayudan en reglas dolorosas e inflamaciones mamarias y abdominales, y fitoestrógenos para paliar el déficit estrogénico (caléndula, sauce, antioxidantes, aceite de onagra y de borraja, isoflavonas de soja, salvia y ñame silvestre o progesterona natural): «Las isoflavonas de soja efectúan una regulación hormonal: si hay un exceso de estrógenos disminuyen su funcionalidad y, si en cambio hay un defecto de estrógenos, aumenta su concentración. El aceite de onagra y de borraja, además de mejorar el sistema circulatorio, regulan la funcionalidad hormonal».
Hígado y alteraciones digestivas
Para mejorar la función hepático-digestiva, si hay mala digestión, acidez gástrica o estreñimiento, insuficiencia e intoxicación hepática o alteraciones biliares, Pedro Palomo se refirió, entre otras plantas, a diente de león (drenador hepático, depurativo, diurético, colagogo y colerético, tonifica y estimula las secreciones digestivas de saliva, bilis, jugos gástricos y pancreáticos), alcachofa (colagoga, colerética, hepatoprotectora, desintoxicante hepática, digestiva y diurética), manzanilla (estimula la digestión, antiespasmódica, carminativa, colerética y calmante del sistema digestivo), genciana (estimula la digestión, colerética), boldo (colerético, antiinflamatorio y diurético), gluconato de zinc (mantiene el metabolismo hepático, su carencia puede producir degeneraciones hepáticas), rábano negro (aumenta el peristaltismo intestinal, frente al estreñimiento, mejora los dolores hepatobiliares y es importante antibacteriano para el mantenimiento de la flora intestinal) y cardo mariano (protector y detoxicante hepático, restablece las funciones hepáticas, colerético, indicado en hepatitis aguda, cirrosis, digestión lenta e insuficiencia hepática), junto con reguladores del tránsito intestinal, laxantes mecánicos y flora intestinal beneficiosa (inulina, [zaragatona >zaragatona] o psilium, bífidobacterias).
Piel y tejido muscular
Para tonificar el tejido muscular y la piel, Pedro Palomo recomienda una mezcla de aceites esenciales de cedro, ciprés y limón, mezclados a partes iguales y: «Tomar dos gotas de la mezcla con una cucharada de miel, o una infusión digestiva caliente, después de las principales comidas, comida y cena. Mantener el tratamiento durante un mes y retirar. Mejora el tono muscular y dérmico». De manera alternativa, el propio Palomo propone la supresión de este tratamiento con la aplicación de cremas anticelulíticas.
Cosmética natural
Pedro Palomo considera que los tratamientos cosméticos por sí solos no pueden quitar los kilos o eliminar la celulitis pero, sobre todo en las primeras fases y con constancia en su utilización, activan la circulación periférica y linfática, descongestionan la zona afectada, drenan y movilizan los cúmulos hidrolipídicos y reducen progresivamente la celulitis. Son recomendables, en su opinión, para potenciar el tratamiento interno y mejorar el aspecto externo, y especialmente útiles para potenciar los efectos del drenaje linfático y circulatorio manual.
El gel anticelulítico por lo general presenta una composición a base de plantas que activa la circulación, es tonificador linfático, astringente, antiinflamatorio, antipruriginoso y emoliente. Está indicado en celulitis, estrías, flacidez y obesidad. Para su utilización, se aplica una capa uniforme sobre la zona afectada con un ligero masaje ascendente hasta la completa absorción del gel.
La crema anticelulítica, además de activar la circulación y ser tonificador linfático, mejora la permeabilidad capilar, tiene las mismas indicaciones que el gel y se aplica dos veces al día, al levantarse y al acostarse.
Las cremas reductoras suelen contener L-carnitina y otras plantas que tonifican y vigorizan la piel a la vez que activan el metabolismo reductor de la grasa corporal. Además de reducir volumen, tonifican los tejidos, e hidratan y suavizan, y suele recomendarse su aplicación dos veces al día, al levantarse y al acostarse.
Las cremas piernas cansadas o pesadas, por su parte, están por lo general elaboradas con plantas relajantes, que activan la circulación de retorno, hidratan y son venotónicas y antiinflamatorias. Atenúan las varices, la retención de líquidos, los edemas y los tobillos hinchados, la pesadez de piernas y los calambres y también están indicadas como protector capilar. Se aconseja aplicar la cantidad suficiente sobre la zona afectada y masajear en sentido ascendente hasta hacer penetrar la crema, en dos aplicaciones, al levantarse y al acostarse.
(artículo publicado en Conocer Arganzuela nº 118/119, septiembre/octubre de 2002)