La negativa de fumar en espacios públicos, implantada en los últimos 5 años en algunos estados de la UE, posibilitó los aludidos resultados, explicó Roberto Elosua, coordinador del Grupo de Investigación en Epidemiología y Genética Cardiovascular del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona. Según Elosua, en el área metropolitana de Barcelona la cifra de infartos agudos del miocardio disminuyó en alrededor de 300 en 2006 respecto a 2005.
En atención a las consideraciones expuestas por Elosua, la vigencia de leyes más restrictivas contra el hábito de fumar en espacios públicos europeos posibilitó un gran impacto en la salud cardiovascular.
El cumplimiento de tales estipulaciones podría salvar muchas vidas y permitir el ahorro de recursos en el sistema de asistencia sanitaria, según criterios expuestos en el cónclave. Irlanda fue el primer país europeo en establecer la prohibición de fumar en espacios públicos desde el 2004, mientras que Francia aprobó similar procedimiento cuatro años después.
En opinión de especialistas, cerca del 30% de los decesos ocurridos por afecciones coronarias tienen una relación directa con el tabaquismo, lo que otorga al mal hábito de fumar una de las principales causas de enfermedad y muerte evitables.
El tabaquismo pasivo, por su parte, provoca un riesgo cardiovascular de un 23% entre los hombres y un 19% con respecto a las mujeres, en tanto los fumadores poseen un 70% de probabilidad de adquirir una cardiopatía isquémica.
Tras el consumo de diez cigarros al día, la mortalidad aumenta en un 18% con referencia a los hombres y un 31% en las mujeres, porque ya se sabe que la nicotina daña las paredes internas de las arterias, altera la coagulación e incrementa los niveles de coleterol y el monóxido de carbono decrece el aporte de oxígeno al miocardio y eleva el riesgo en la formación de trombos.
(Fuente: Europa Press )