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Laura Romera afirma que para trastornos del sueño habituales, en ancianos y niños, el aceite esencial de incienso es una oleorresina que puede usarse puro sobre la piel en todas las edades.
Restaurador de la piel y cicatrizante, puede aplicarse una gota en el esternón y la palma de la mano y olerlo muy profundamente varias veces al día si hay estrés muy fuerte.
También puede aplicarse a los niños con más de tres años si tienen trastornos en el colegio, alteración del sueño o pesadillas: «Para relajar y la creación de un clima relajante», en palabras de Romera.
Al igual que todas las oleorresinas, sándalo, mirra, etc., tiene propiedades antiarrugas.
(publicado en Conocer Arganzuela 139, julio/agosto de 2004)