En palabras de David Sánchez, responsable de Agricultura y Alimentación de la organización medioambiental: «La declaración de una zona como libre de transgénicos expresa a nivel institucional el rechazo ciudadano. Y es una señal clara para la industria, que pretende a toda costa introducir unos productos para los que no existe demanda. Estamos cultivando OGMs que Europa rechaza por sus impactos e incertidumbres. El Gobierno no puede mirar hacia otro lado y seguir ignorando la cada vez mayor oposición social e institucional. Debe tomar medidas para eliminar su cultivo lo antes posible».
El Estado español es, desde 1998, el único de la Unión Europea que cultiva OGMs a gran escala. Frente a las 75.000 Ha. cultivadas con maíz transgénico en 2007 en el español, son ya 7 los estados que han desarrollado iniciativas para frenar su cultivo: Austria, Grecia, Italia, Hungría, Rumania, Polonia; el Estado francés, uno de los últimos, lo ha hecho en base a un informe científico que recopilaba las evidencias sobre sus impactos ambientales, la falta de estudios sobre efectos a largo plazo para la salud humana, y la imposibilidad de controlar la dispersión de los OGMs y evitar la contaminación de los cultivos ecológicos y convencionales.
Ante la crisis alimentaria, se oyen cada vez más voces que desde la industria agroalimentaria pretenden presentar a los transgénicos como panacea a los problemas de hambre y subida de los precios de los alimentos: «Desde Amigos de la Tierra se ha demostrado en repetidas ocasiones [2] que, además de los impactos ambientales e incertidumbres sobre la salud.
Los cultivos transgénicos:
No solucionan los problemas de hambre y pobreza: la inmensa mayoría de los cultivos de OGMs comercializados son de carácter industrial (soja, maíz, colza, algodón), destinados a la alimentación del ganado de los países desarrollados o para fibra textil. Los transgénicos, como semillas patentadas y más caras, forman parte del modelo de agricultura intensiva que fomenta la pérdida del medio de vida de los pequeños campesinos a nivel global.
No han demostrado tener mayores rendimientos ni ser más productivos: los OGMs que hay en el mercado no están modificados para aumentar los rendimientos sino para ser resistentes a insectos o a herbicidas, ni hay en el mercado transgénico alguno que sea más nutritivo o de mejor calidad».
Zonas libres de transgénicos en el Estado español (julio de 2008)
Asturies: Resolución de la Junta General 21/06, de 20 de mayo de 2004, adoptada por el Pleno, sobre cultivos modificados genéticamente en Asturies. Y por los municipios de Aller, Cangas de Narcea, Castropol, Penamellera Baja, Carreno y Riosa.
Canarias: Acuerdo del Consejo de Gobierno de Canarias, de 25 de marzo de 2008, para declarar las Islas como zona libre de cultivos transgénicos. Asimismo, por el Cabildo Insular de Lanzarote, y los municipios de El Rosario, Garachico, La Orotava, Arico, Los Silos, Tequeste, Buenavista, Icod de los Vinos, Tacoronte y Granadilla de Abona (Tenerife), Galdar y Artenara (Gran Canaria), Puerto del Rosario (Fuerteventura) y Yaiza (Lanzarote).
Euskal Herria: Acuerdo para no utilizar en la agricultura OGMs, adoptado en Junta de Gobierno del País Vasco de 20 de febrero de 2007. También por las Juntas Generales de Araba y Bizkaia y los municipios de Arama, Itsasondo, Elgeta, Ikaztegieta, Mutriku, Olaberri y Zaldibia (Gipuzkoa), Abanto, Amoroto, Arratzu, Aulesti, Balmaseda, Izurtza, Muskiz, Otxandio y Turtzioz (Bizkaia), Vitoria-Gasteiz, Valdegobia y Amurrio (Araba) y Valle del Yerri y Etxauri (Nafarroa).
Països Catalans: Proposición no de ley aprobada por el Parlamento de Baleares para declarar las Islas territorio libre de cultivos transgénicos. Igualmente, por las comarcas del Baix y Alt Penedés, el Consell Insular de Menorca y el Consell Insular de Mallorca, y los municipios de Esporles, Manacor y Perreres (Illes Balears), Altea (Alacant), Rubí, Sitges, Les Franqueses del Vallès, Vila Franca del Penedes, Mataró, Molins de Rei, Corbera de Llobregat, Arenys de Munt, Olesa de Bonesvalls, La Garriga, Sant Boi de Lobregat, Sant Cebrià de Vallalta, Sabadell, El Masnou, Berga, Fonollosa, Santpedor y Calders (Barcelona), Celrà, Olot, Ripoll y Santa Pau (Girona), Valls, Ulldecona, Ruidecanyes y La Bisbal del Penedès (Tarragona) y Preixens, Castellserà, Vilanova de Segrià, Balaguer, Ager, Camarasa y Torà (Lleida).
Estos municipios están declarados libres de transgénicos, además:
Andalucía: Almonte (Huelva), Pozoblanco y Montilla (Córdoba) y Diputación de Málaga.
Castilla-La Mancha: Albacete, Casas Ibañez, Elche de la Sierra y Villamalea (Albacete).
Castilla y León: Palencia.
Galiza: Lalín y Silleda (Pontevedra), Irixo (Ourense), Chantada (Lugo) y Val do Dubra (A Coruña).
Madrid: La Acebeda.
Murcia: Bullas.
[1] Amigos de la Tierra fomenta la declaración de Zonas Libres de Transgénicos a nivel estatal de forma coordinada con Greenpeace, Ecologistas en Acción y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Hay además muchas iniciativas locales y regionales como las que se están llevando a cabo en Galiza, a través de la Plataforma Galega Antitransxénicos, en Països Catalans a través de la iniciativa Som lo que Sembrem, o en Andalucía por ejemplo.
[2] Más información en «¿Quién se beneficia de los cultivos transgénicos?», documento de Amigos de la Tierra Internacional.
(artículo publicado en un diario digital español, 1 de agosto de 2008)