En diciembre de 1991 el Doctor I. William Lane , graduado en Ciencias de la Nutrición y bioquímico, recibió del Food and Drug Administration (FDA, departamento que regula los alimentos y fármacos) la patente nº 5075112 de Estados Unidos para la comercialización como suplemento alimenticio del cartílago de tiburón. Sólo hay 3 patentes de uso concedidas a la industria de alimentos dietéticos, que no suele solicitarlas como hace la industria farmacéutica. El Dr. Lane considera que es difícil obtener patente para este tipo de alimentos porque no es frecuente conseguir pruebas fehacientes sobre su eficacia: «Muchos suplementos alimenticios son efectivos, pero demostrar su efectividad es difícil y a veces no existen procedimientos para probarlos». Según el FDA un suplemento alimentario es algo que se añade a los alimentos o a la dieta, los más conocidos son las vitaminas y minerales, la fibra, el ajo y los aceites insaturados de pescado. Éstos y otros suplementos de la alimentación están regulados por las normas de la FDA para los alimentos, no por las que regulan los medicamentos.
La patente concedida al doctor Lane dice, entre otros extremos: «Este invento concierne en general a un método y a una dosis para inhibir la angiogénesis o la vascularización en un animal poseedor de pared intestinal, empleando una cantidad eficaz de cartílago de tiburón puro y sustancialmente libre de tejido adherente, dividido en partículas especialmente menudas para pasar a través de la pared intestinal en forma de suspensión e inhibir así, entre otros, el crecimiento tumoral y las metástasis, la artritis, en particular la artritis reumatoide, la retinopatía diabética y el glaucoma neovascular, la psoriasis y las enfermedades inflamatorias con componente vascular».
Composición del cartílago
Un análisis químico simple muestra que el cartílago seco no adulterado de tiburón consta aproximadamente de un 41% de ceniza, un 39% de proteína, un 12% de hidratos de carbono, un 7% de agua, menos del 1% de fibra y menos del 0,3% de grasa. La ceniza está formada por un 60% de calcio y fósforo, a razón de 2 partes de calcio por 1 de fósforo. Los niveles elevados de calcio y fósforo son consecuencia de la calcificación del cartílago, sobre todo el del espinazo. Aunque la proteína inhibidora de la angiogénesis es diluida hasta cierto grado por el calcio, el fósforo, los hidratos de carbono y otros componentes naturales, estos diluyentes presentan también un papel activo en el control de la enfermedad. Al ejercer un efecto inmunorregulador y antiinflamatorio los mucopolisacáridos de los hidratos de carbono complejos estimulan el sistema inmunitario, que trabaja sinérgicamente con la proteína, y el calcio y fósforo orgánicos son utilizados por el metabolismo como sustancias nutritivas.
A diferencia de otros seres vivos, terrestres o acuáticos, el tiburón no tiene ni un solo hueso en el cuerpo, su esqueleto está formado por cartílago puro. Los huesos tienen canales microscópicos que permiten el paso de fibras nerviosas y vasos sanguíneos, de los que el cartílago carece. Los tiburones poseen un sistema inmunitario potente y muy eficaz, sus heridas curan con rapidez y no suelen presentar infecciones pues los anticuerpos de su sangre combaten con éxito las infecciones bacterianas y víricas y le protegen de muchas sustancias químicas letales para muchos mamíferos. El tiburón es una de las pocas criaturas vivas que casi nunca enferma de cáncer, lo que podría explicarse por la abundancia de cartílago en ellos.
William Lane afirma que las investigaciones efectuadas durante más de 30 años han demostrado que al inhibir el desarrollo de los tumores, el cartílago de tiburón constituye un tratamiento preventivo eficaz para el cáncer. Los estudios, de laboratorio y clínicos, demuestran además que posee una sustancia capaz de controlar diversos trastornos degenerativos o asociados al envejecimiento que como la artritis (inflamación de las articulaciones), enteritis (inflamación del tracto o revestimiento intestinal), degeneración macular, oclusión venosa de la circulación de la retina y retinopatía diabética (dilatación y rotura de los vasos sanguíneos de la retina del ojo) y psoriasis (afección de la piel con placas y escamas de piel muerta) derivan en cierto modo de la angiogénesis, es decir, dependen de la formación de nuevos vasos sanguíneos.
Angiogénesis
Un tumor es un tejido nuevo formado por células que proliferan sin control. Puede ser benigno o maligno, en cuyo caso se extiende e invade los tejidos normales de su alrededor y produce metástasis o propagación a otros lugares del cuerpo a través de los vasos sanguíneos y el sistema linfático. Los tumores tienen y requieren un aporte rico de sangre para su crecimiento. La angiogénesis o vascularización es la formación de nuevos vasos sanguíneos o el reemplazo de los lesionados en un tejido ya existente. Ocurre con muy poca frecuencia, durante la ovulación y el embarazo, en la cicatrización de las heridas y fracturas y en ciertas enfermedades del corazón y de la circulación, pero vuelve a ocurrir durante el desarrollo de un tumor o en otra dolencia que necesite de la presencia de una nueva red sanguínea.
El cartílago es antiangiogénico porque la sustancia que inhibe la vascularización está presente en el cartílago durante toda la vida del tejido. Hace más de 30 años quedó demostrada la eficacia del cartílago de tiburón como inhibidor de la angiogénesis. También la aparición de metástasis depende de la angiogénesis, las posibilidades de metástasis se incrementan cuando aumenta el número de vasos sanguíneos. En opinión de cuantos investigan y trabajan con el cartílago, al consumirlo entero se aprovechan sus cuatro proteínas, muy activas contra la angiogénesis, y la capacidad inmunoestimulante y antiinflamatoria de los mucopolisacáridos, produciéndose además un efecto sinérgico por el cual el resultado es superior al conseguido usando cada componente por separado.
La doctora Patricia Amore (Facultad de Medicina de Harvard), el Dr. Michael Klagsbrun (Hospital de Pediatría de Boston), y el Dr. Judah Folkman (MIT, Instituto de Tecnología de Massachussets), entre otros, se muestran convencidos de que del estudio de la angiogénesis pueden surgir terapias para muchas enfermedades. La angiogénesis normalmente va asociada con funciones positivas del cuerpo como la cicatrización de las heridas y el desarrollo embrionario, pero hay enfermedades que son causadas por o dependen de la angiogénesis, motivo por el que proponen su denominación como enfermedades angiogénicas: «La psoriasis, la retinopatía diabética, el glaucoma neovascular, la osteoartritis, la artritis reumatoide y las inflamaciones son algunas de las enfermedades más comunes asociadas con este proceso y que, por lo tanto, podrían controlarse mediante la angiogénesis, en otras palabras, con el cartílago de tiburón».
La artritis reumatoide o crónica es una enfermedad inflamatoria que afecta principalmente a las articulaciones en forma de trastornos articulares, atrofia muscular y destrucción del hueso y del cartílago. De gravedad variable, desde un malestar relativamente poco importante y ocasional hasta un trastorno crónico que afecta a una o varias articulaciones o una forma que ocasiona una invalidez total. La medicina poco puede hacer para curar lo que ha sido dañado, los analgésicos ofrecen cierto alivio de los síntomas aunque su administración crónica puede causar otros problemas relacionados con la salud, que pueden llegar a ser graves. Tampoco parece haber regresión natural del daño, por ser el cartílago uno de los tejidos más lentos del cuerpo en reemplazarse. La operación, con prótesis total o parcial, produce una mejoría rápida y espectacular, pero es cara, emplea recursos valiosos, no siempre tiene éxito total y comporta riesgos sobre todo en personas mayores. Desconocida la causa de la artritis sí se sabe que el desarrollo capilar anormal puede destruir el cartílago articular, por lo que parece haber en la raíz de la enfermedad un proceso de angiogénesis crónico. De los estudios realizados con cartílago como único tratamiento de personas con artritis se deducen muy buenos resultados.
Es una enfermedad articular degenerativa, trastorno crónico muy frecuente que destruye el cartílago de las articulaciones y afecta sobre todo a la zona lumbar, los brazos, las piernas, los dedos, las rodillas y los hombros, en un proceso que prácticamente llega a inmovilizar a muchas personas al ser el trastorno reumático más común del sistema músculoesquelético. Al menos en parte la osteoartritis es consecuencia de una reacción del sistema inmunitario que puede provocar una inflamación, hinchazón y síntomas dolorosos donde existe una tensión excesiva que fragmenta el cartílago. También puede comenzar con la degeneración y adelgazamiento del cartílago articular y la consiguiente invasión de los vasos sanguíneos en el cartílago, que normalmente es avascular y no los tiene, produciendo a la larga su calcificación: la angiogénesis acelera la destrucción del cartílago al ser invadido por nuevos capilares, por lo que si se puede inhibir la formación de nuevos vasos sanguíneos puede también detenerse la destrucción del cartílago. El cartílago de tiburón administrado oralmente obstaculiza el proceso angiogénico y reduce significativamente la inflamación y la inmovilidad y el dolor articulares, efecto que se produce debido en parte a la gran cantidad de mucopolisacáridos que contiene y que actúan junto con las proteínas inhibidoras de la angiogénesis, en un efecto sinérgico que impide una mayor destrucción del cartílago. Diversos estudios clínicos efectuados en los últimos años, con personas y con perros (para evitar un posible efecto placebo, más psicológico que real), en Bélgica, Checoeslovaquia y Alemania, Estados Unidos, Costa Rica y México apoyan estas teorías: los investigadores han comprobado que consigue reducir el dolor en un 70% de los casos de osteoartritis y en un 60% de los de artritis reumatoide. Además, insisten, la doble acción del cartílago, estimulación del sistema inmunitario e inhibición de la formación de nuevos vasos sanguíneos, no obstaculiza otras terapias por drásticas o sencillas que sean y, lo más importante, el cartílago de tiburón no tiene ninguno de los efectos secundarios propios de los medicamentos más corrientemente utilizados.
Enteritis y trastornos oculares
Se ha empleado también con éxito la administración oral del cartílago ante la inflamación de la mucosa del intestino delgado o enteritis regional: las personas ganan peso, energía y optimismo. En otros estudios las personas afectadas de enteritis por candida albicans respondieron rápidamente tras la ingesta de cartílago de tiburón, que también logra muy buenas respuestas en todo tipo de inflamaciones intestinales.
En opinión de distintos investigadores, trastornos oculares caracterizados por la formación de nuevos vasos sanguíneos en la retina y que pueden culminar en ceguera como la retinopatía diabética, la degeneración macular o la oclusión venosa de la circulación retiniana, están causados por la angiogénesis. En condiciones normales existen mecanismos vasoconstrictores que actúan para prevenir la formación de microvasos, pero al comienzo de la enfermedad esos mecanismos están algo deprimidos y aparece la neovascularización.
En la retinopatía diabética , por ejemplo, se dilatan y rompen los microvasos que atraviesan la retina, roturas que dejan unos residuos que impiden la visión, y también empiezan a formarse nuevos vasos sanguíneos, que se extienden por toda la zona dañada del ojo, obstaculizando la visión.
La degeneración macular , causa frecuente de ceguera irreversible en mayores de 65 años, es el deterioro de la mácula lútea, una zona de la retina cercana al nervio óptico que es esencial para una visión nítida. La degeneración comienza por una proliferación de vasos sanguíneos por debajo de la parte central de la retina, donde producen lesiones y cicatrices que finalmente conducen a la ceguera: es fundamental la detección y eliminación precoz de esos vasos, ya que las células maculares detectoras de la luz no pueden recuperarse después que la sangre filtrada ha producido las lesiones. Se emplea rayos láser para cauterizar los nuevos vasos sanguíneos e impedir la alteración de la retina, tratamiento que no es eficaz en muchos casos y que destruye también parte de la retina, afectando por tanto a la visión.
Los investigadores creen que puede prevenirse estos trastornos oculares y el glaucoma neovascular o aumento de la presión sobre el ojo debida a la angiogénesis, con la administración oral de cartílago de tiburón, que puede actuar de manera preventiva o profiláctica, eliminando los vasos antes de que se desarrollen.
Psoriasis y afecciones de la piel
La psoriasis afecta sobre todo al cuero cabelludo, codos y rodillas, pero también en el resto del cuerpo. Se caracteriza por un desarrollo excesivo de la capa exterior de la piel, con descamación, trastorno que podría depender de un desarrollo capilar anormal en la piel, que produciría un aumento insólito de su grosor por encima de la red de capilares. Es irregular y no muy eficaz la respuesta al tratamiento consistente en cremas y ungüentos a base de corticoides, preparaciones con alquitrán de hulla y luz ultravioleta, y en casos extremos medicamentos que pueden dañar el hígado.
El resultado de la utilización del cartílago en forma de crema o gel varía mucho según la psicología de las personas, que suelen ser bastante pesimistas y escépticas respecto a sus posibilidades de curación, porque han sufrido mucho y normalmente han probado muchos tratamientos sin éxito, pero a la vez tienen la firme esperanza de que pueden curarse, combinación que hace difícil asegurar un seguimiento constante.
Se han aplicado preparaciones de cartílago, también con éxito, a un buen número de personas en casos de alergias graves o irritaciones producidas por plantas urticantes, y en otros trastornos de la piel como acné o prurito anal, así como para prevenir reacciones alérgicas.
Precauciones
Por precaución no debe tomar cartílago de tiburón quien acaba de sufrir un ataque al corazón, tampoco una embarazada que está construyendo una red de vasos sanguíneos para alimentar al feto en desarrollo, ni las mujeres que desean ser madres porque el cartílago podría obstaculizar la vascularización durante el ciclo menstrual. No debe usarlo una persona sometida a una intervención quirúrgica importante, por necesitar nuevos vasos sanguíneos para acelerar la curación, ni quien sigue un programa intensivo de esculturismo, ni los niños por estar sus vasos sanguíneos aún en fase de desarrollo.
Referencias útiles
– Los tiburones no enferman de cáncer, I. William Lane, Urano, Barcelona, 1996.
– Compuestos naturales de última generación, Javier Moscardó M., Valencia, 1998.
– Remedios naturales, Karl Baumgärtner, Valencia, 1998.
– Shark Cartilage Information Center. The healing network, Emma Romeu, 1997.
(artículo publicado en Conocer Arganzuela nº 113, marzo de 2002)
– «Cartílago de tiburón: acciones biológicas, empleo y perspectivas», Dr. Mario Estévez Báez, Dr. Roberto Ortega Morales, Dr. Luis de Jongh Díaz y Dra. Rosa Campos Peña, Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas, v.20 n.3, Ciudad de la Habana, julio-septiembre 2001
(Actualización, 25 de enero de 2014)