– Se recomienda leer también Cáncer, prevención e inmunidad.
Cúrcuma es una planta herbácea perenne de hojas anchas, de la familia de las zingiberáceas, que crece hasta casi un metro de altura, originaria del sudeste de Asia y muy cultivada en India, China, Indonesia, Jamaica, Haití, Filipinas y otros países tropicales. Introducida en regiones templadas de Europa, crece sobre suelos húmedos, ricos y arcillosos.
En su composición destacan curcuminoides o colorantes, arabinogalactano, polisacáridos, sales potásicas y aceite esencial rico en carburos terpénicos y cetonas sesquiterpénicas.
Se utiliza el tallo subterráneo o rizoma, seco y en polvo, con olor y sabor discretamente amargo, aromático y cálido, al que tradicionalmente se atribuye efecto colerético, colagogo y estimulante del apetito.
El ayurveda, sistema curativo tradicional de India, recomienda cúrcuma como tónico general, los médicos chinos para tratar problemas intestinales y hepáticos, y en occidente se utiliza más en trastornos inflamatorios como artritis reumatoide.
Tras especificar sus acciones, antiinflamatoria (en inflamación aguda y crónica), hepatoprotectora, antiulcerosa (reduce la secreción) y citoprotectora (protege la mucosa gastroduodenal frente al jugo gástrico mediante un aumento de la secreción de mucina), de acuerdo con el Vademécum de Fitoterapia son indicaciones de la cúrcuma dispepsia hiper o hiposecretora y meteorismo, úlcera péptica, dolor e inflamación de artritis reumatoide, amenorrea, dismenorrea, diarrea, epilepsia y problemas dermatológicos.
Contraindicada si hay obstrucción de las vías biliares.
El Dr. Josep Lluis Berdonces i Serra considera a la cúrcuma una raíz caliente que abre las obstrucciones, eficaz diurético en ictericia y contra las destemplanzas frías de hígado y bazo, recomendada para tratar cálculos biliares por estimular la secreción biliar, con acción espasmolítica útil en colecistitis y colelitiasis, a menudo devuelve el apetito y puede ser un complemento para tratar el colesterol.
Sobre la actividad antiinflamatoria, los doctores Arthur Roberts y Mary O’Brien indican: «Se cree que la cúrcuma reduce la inflamación disminuyendo los niveles de histamina y estimulando las glándulas suprarrenales para aumentar la producción de cortisona, una hormona que reduce la inflamación». Afirman que es un fuerte antioxidante que protege ante el deterioro hepático, cuya actividad antiagregante plaquetario puede mejorar la circulación y ofrecer cierta protección ante ataques cardíacos y apoplejía, y que los compuestos amargos de la cúrcuma estimulan el flujo de bilis y otros jugos gástricos y alivian la indigestión, gases y otros problemas intestinales. Además: «En el tubo de ensayo la curcumina destruye algunos tipos de células cancerígenas. Se necesita más investigación para determinar si la cúrcuma es un potente agente anticancerígeno».
Según el Dr. John Heinerman en Samoa se utiliza para trastornos de la piel como úlcera cutánea, aliviar dolores y picazones causados por dermatitis, eccema y soriasis (al respecto señala: «En irritaciones producidas por pañales, el rizoma en polvo se espolvorea sobre las palmas de las manos y se frota con delicadeza sobre la piel del bebé. En otros casos se mezcla con aceite de coco y se aplica suavemente sobre las inflamaciones»), y en India para afecciones de ojos y oídos. La cúrcuma alivia y detiene las hemorragias durante el embarazo, sus propiedades antiinflamatorias alivian en artritis, torceduras, contusiones y fracturas, y es beneficiosa para reducir el nivel de colesterol y prevenir la acumulación de grasa en el hígado. Consumida en las etapas iniciales de ciertas formas de cáncer previene el desarrollo de mutaciones de células, es útil en diabetes e inhibe los gases estomacales: «Tomar entre media y una cucharadita de cúrcuma en una taza de agua caliente para aliviar las molestias provocadas por acidez estomacal e indigestión».
La Dra. Ana Ramírez Boscá concluye que la cúrcuma tiene actividad hepática (antioxidante, protege ante toxicidad hepática y mejora los parámetros serológicos de hepatitis aguda y crónica) y digestiva (contribuye al mantenimiento del ph gástrico y al reducir la secreción ácida protege la mucosa gástrica y previene determinadas úlceras), inmunomoduladora (antiinflamatoria e inmunoestimulante, mejora la detoxificación de carcinógenos e inhibe células tumorales y sustancias catalogadas como promotores carcinogenéticos en cáncer oral y gástrico, tumores de piel y colon), y sobre el metabolismo lipídico y glucídico (hipolipemiante, eleva el nivel de HDL colesterol y disminuye el número de triglicéridos, e hipoglucemiante), antiinflamatoria (efecto analgésico en reumatismo, artritis reumatoidea y tendinitis) y antiinfecciosa. Es útil asimismo en afecciones cutáneas como soriasis, y en uso externo para cicatrizar y desinfectar heridas y en reumatismo y esguinces.
Colorante culinario, la cúrcuma es uno de los principales condimentos del curry, integrado además por pimienta, coriandro, canela, jengibre, clavo de olor, cardamomo, pimiento, comino y nuez moscada, que, previene Ana Ramírez: «Debe tomarse con moderación pues puede provocar efectos irritativos sobre la mucosa gástrica».
Documentación utilizada
– Fitoterapia, inmunidad y cáncer, (ponencia) Dr. Pablo Saz Peiró, Octavas Jornadas de Fitoterapia y Etnobotánica, Madrid, mayo 2004.
– Fitoterapia. Vademécum de prescripción, Masson, Barcelona, 2003.
– Gran Enciclopedia de las Plantas Medicinales, Dr. Josep Lluís Berdonces i Serra, Tikal, Premiá de Mar, Girona, 1999.
– Enciclopedia de la Medicina Ortomolecular. Nutricéuticos 2 (Hierbas y remedios botánicos), Dr. Arthur J. Roberts, Dra. Mary E. O’ Brien y Genell Subak-Sharpe, Robinbook, Barcelona, 2003.
– Milagrosas hierbas curativas, Dr. John Heinerman, Prentice Hall, Paramus, New Jersey, EUA, 1999.
– Cúrcuma. Curcuma longa, Dra. Ana Ramírez Boscá, Alicante, 2000.
– Compuestos naturales de última generación, Javier Moscardó M., Valencia, 1998.
– La curación del cáncer. Métodos naturales, Dr. Michael Murray, Dr. Tim Birdsall, Dr. Joseph E. Pizzorno y Dr. Paul Reilly, Robinbook, Barcelona, 2004.
– Diccionario terminológico de Ciencias Médicas, Masson, Barcelona, 1998.
(publicado en Conocer Arganzuela nº 143, diciembre de 2004)
Cúrcuma, contra la inflamación
Un potente antioxidante que además estimula el apetito.
La cúrcuma es la raíz de la planta con la que se prepara el polvo de curry y se utiliza para colorear los alimentos y aportarles un sabor inconfundible. Posee propiedades terapéuticas de gran valor, ya que su principio activo, la curcumina, es un poderoso antioxidante.
Estimulante del apetito. Facilita la producción de ácidos en el estómago y con ello la sensación de hambre. Favorece las digestiones de las comidas pesadas y evita la hinchazón. Conviene utilizar la especia en tintura o comprimidos, media hora antes de la comida y la cena.
Antioxidante. Gracias a sus sustancias polifenólicas, es un poderoso antioxidante, situándose al nivel de las vitaminas A, C y E, y por tanto previniendo el envejecimiento prematuro de las células frente a la acción del exceso de radicales libres producidos por nuestro organismo.
Para hígado y vesícula. En la medicina ayurvédica y en la tradicional China se utilizaba como reconstituyente del hígado y vesícula biliar, así como en los dolores y transtornos menstruales. Hoy en día se ha demostrado que la curcumina fluidifica el líquido biliar, a la vez que inhibe la proliferación del virus de la hepatitis y evita su fusión con las células.
Antiinflamatoria. Constituye un tratamiento alternativo de valor sobre los procesos artríticos, logrando un importante alivio del dolor.
Fibrosis quística. Por último, la cúrcuma se ha revelado como una terapia de gran valor en el tratamiento de la fibrosis quística, enfermedad crónica que afecta fundamentalmente a las vías respiratorias. Colabora en la expulsión de la mucosidad acumulada y mejora la calidad de vida del enfermo.
Precauciones
No deben tomar cúrcuma aquellas personas que padezcan de úlcera gastroduodenal activa. Además, los enfermos de obstrucción severa de las vías biliares deberían consultar a su especialista antes de tratarse con cúrcuma.
Dosis
En los casos en los que deba utilizarse como tratamiento prioritario, se puede tomar una dosis media de 2 g/día, o en tintura 40 gotas diluídas en agua tres veces diarias.
La cúrcuma puede tomarse añadida a ensaladas, guisos y estofados, a razón de una pizca de cucharadita por ración.
Ana Fdez. Magdalena (naturópata)
(5 de octubre de 2012)