El maíz transgénico enfrenta a la Comisión Europea y a varios estados de la UE [07/07/09]

Campo de maíz transgénico en Zaragoza (foto Greenpeace)

Para Juan-Felipe Carrasco, responsable de la Campaña de Transgénicos de Greenpeace: “Una vez más la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha ignorado las evidencia científicas sobre los efectos negativos para el medio ambiente del maíz pesticida de Monsanto. La confianza ciega de la Comisión Europea en la opinión sesgada de la EFSA preocupa enormemente a aquellos países concienciados con los datos científicos disponibles sobre este maíz”.

Doce Estados de la UE han expresado recientemente su enorme preocupación acerca de la seguridad de este maíz transgénico y seis han prohibido su cultivo en sus respectivos territorios [[Austria, Hungría, Francia, Grecia, Luxemburgo, y Alemania han invocado la claúsula de salvaguarda y han prohibido el cultivo del maíz «MON 810». En marzo de 2009, 22 estados miembros rechazaron la respuesta de la Comisión para abolir las prohibiciones existentes en Austria y Hungría]].

Científicos independientes han protestado por los graves defectos del informe de solicitud presentado por «Monsanto» y sobre la calidad del trabajo de la «EFSA» [[Listado de estudios científicos sobre los impactos en el medio ambiente.]]. En un movimiento sin precedentes, 18 ministros de 12 países de la UE enviaron una carta a la «EFSA» en la que exponían sus preocupaciones científicas sobre los efectos del maíz «MON 810» en determinadas especies de insectos [[Además, la semana pasada, 11 países de la UE pidieron a los ministros de medio ambiente que reconocieran el derecho de los países a prohibir el cultivo de transgénicos debido a las preocupaciones sobre sus efectos en el medio ambiente.]]. Incomprensiblemente, en opinión de Greenpeace, el dictamen de la EFSA no ha tenido en cuenta tales evidencias.

En diciembre de 2008, los ministros de medio ambiente de la UE solicitaron, por unanimidad, una revisión del proceso de autorización de los cultivos transgénicos y una mejora sustancial en la manera en que la EFSA evalúa los impactos de estos cultivos en el medio ambiente y en la salud.

Lo sorprendente, subraya Greenpeace, es que la propia «EFSA» reconoce que actualmente no está en una posición de evaluar los efectos a largo plazo de los cultivos modificados genéticamente, como requiere la legislación europea.

La Comisión Europea ha dado de plazo a la «EFSA» la fecha de abril de 2010 para que mejore su capacidad para evaluar los impactos a largo plazo.

¿Cómo puede la «EFSA» presentar una opinión positiva sobre el «MON-810» cuando públicamente ha reconocido su incapacidad para determinar los impactos a largo plazo de los cultivos transgénicos?”, se pregunta el responsable de transgénicos de Greenpeace.

La organización ecologista exige a la Comisión Europea que tome en cuenta las evidencias científicas sobre los impactos negativos en el medio ambiente y los efectos socioeconómicos del maíz «MON-810»: «Ningún cultivo transgénico debería ser autorizado hasta que el proceso de evaluación de riesgos se mejore y hasta que la «EFSA» esté preparada para evaluar el conjunto de impactos de los cultivos transgénicos«, considera Greenpeace.

Simultáneamente, seis personas del colectivo Som Lo Que Sembrem permanecen en huelga de hambre a las puertas del Parlamento de Cataluña en Barcelona para exigir al PSC, al PP y a CiU que retiren las enmiendas a la totalidad a la Iniciativa Legislativa Popular. ILP presentada con el aval de 106.000 personas, 61 municipios y 4 comarcas. Esta ILP tiene, entre otros objetivos, declarar Cataluña Libre de Transgénicos y prohibir nuevas aprobaciones de transgénicos: “A la vista de las incertidumbres medio ambientales y sanitarias y de las zonas de sombra en el proceso europeo de aprobación de transgénicos, el Parlamento catalán tiene el deber más que nunca de recoger el encargo de la sociedad y admitir esta ILP a debate”, ha concluído Juan Felipe Carrasco.

Fuente Greenpeace



(7 de julio de 2009)