Eneko Landaburu: «El virus de la gripe es un desecho celular, no alguien que nos ataca»

– ¿Hay que creerse todo lo que nos dicen las autoridades sanitarias sobre la gripe porcina?

No es nada saludable creer todo lo que escuchamos, aunque venga de altas instancias. Y aunque venga adornado de palabrería técnica, cifras y estadísticas. Existe todo un arte de mentir y confundir con estadísticas. La industria farmacéutica ama mucho más el dinero que el bienestar humano. Si convencen al Comité de Expertos de la OMS de la necesidad urgente de sus productos, hacen un negocio redondo. Se aseguran una buena venta a todos los ministerios de Sanidad del mundo. Si quieres engañar a alguien, métele miedo y prisa para no se pare a pensar. Dudar es de sabios. Mantengamos la calma y no demos nada por supuesto. Dudemos de que la gripe sea peligrosa, de que la causa sea un virus que se contagia, de que los antivirales, las vacunas, los antigripales y los antitérmicos sean necesarios, beneficiosos e inofensivos.

– Pero las autoridades sanitarias insisten en su peligrosidad …

Efectivamente, dicen que se puede complicar y causar la muerte. Que mata al año en el Estado español de 2.000 a 3.000 personas y en el mundo entre 250.000 y 500.000. Que afecta a aves y mamíferos. Que la causa es el contagio de un virus. Que entre 1918 y 1919 hubo gripe porcina que mató a más de 20 millones de personas en todo el mundo. Que existe el peligro de que esto vuelva a ocurrir. Que afecta a mucha gente a la vez (epidemia), sobre todo durante el invierno. Que es una enfermedad aguda (pasajera) respiratoria, parecida al catarro pero con fiebre. Que los virus que causan la gripe y el catarro son distintos, aunque su composición es semejante: ARN (Acido RiboNucléico). Que los virus de la gripe y el catarro viajan en gotitas de saliva y secreciones nasales. Que se puede contagiar a través de un apretón de manos, la tos, el estornudo o el habla a una distancia de 1,80 metros. Que los malestares empiezan siete días después del contagio. Que nos lo puede contagiar un «portador sano», que lleva el virus pero no padece la enfermedad.

– Entonces, ¿qué es la gripe?

La gripe es la respuesta defensiva al peligro, típica de aves y mamíferos. Lo que es peligroso es la guerra, la contaminación industrial y agrícola, la alimentación moderna, la tensión nerviosa continuada, las emociones intensas, la drogadicción, la pobreza, las olas de frío o de calor, sobre todo si vives a la intemperie o en una vivienda precaria … También son peligrosas las teorías y prácticas sanitarias equivocadas: vacunas, antigripales, antivirales, antitérmicos, incluso algunos remedios naturales. Entre 1914 y 1918 hubo una guerra mundial donde se utilizaron gases tóxicos. En las guerras las condiciones de vida de muchos seres humanos empeoran. La gripe sería la respuesta defensiva. Mucha gente moriría a pesar de la respuesta gripal defensiva o por combatir la gripe con malos remedios. Durante una ola de frío o de contaminación atmosférica, el cuerpo tratará de sobrevivir poniendo en
marcha mecanismos defensivos gripales. Podrá morir en el intento, pero la causa no será la gripe, sino un ambiente adverso y los tratamientos inadecuados. Si sometemos a un régimen carcelario, agobiante, a vacas, cerdos y pollos, es lógico que desarrollen gripes
para intentar sobrevivir. Si mueren en el intento, no culpemos a los virus que encontremos en sus secreciones
.

– ¿Por qué la gripe sólo se da en aves y mamíferos?

La gripe va acompañada de un aumento de temperatura: fiebre, calentura o hipertermia. Aves y mamíferos tenemos control interno de la temperatura. Somos «endotermos». Animales de sangre caliente, decíamos antes. Lagartos, serpientes, tortugas, anfibios y peces no tienen control interno de su temperatura. No padecen la gripe, ya que no pueden elevar su temperatura. Tendrán otros mecanismos de defensa. Mamíferos y aves somos capaces de mantener una temperatura estable, en torno a los 37 grados, independientemente de la temperatura del ambiente. Cuando hace calor, el cerebro pone en marcha mecanismos de pérdida de calor: vasodilatación (rubor), aumento de la sudoración y disminución de la actividad cardiaca. Cuando hace frío pone en marcha mecanismos para reducir la pérdida de calor y aumentar su producción: vasoconstricción (palidez), disminución del sudor, encogimiento, contracciones y relajaciones musculares rápidas (temblores, castañeo de dientes, escalofríos), aceleración cardiaca y respiratoria. Somos capaces de elevar nuestra temperatura. La gallina, para empollar sus huevos aumenta su temperatura bajo el control cerebral, reduciendo la pérdida de calor y aumentando su producción. La elevación de nuestra temperatura cuando estamos agripados también es una decisión de nuestro cerebro.

– ¿Qué tiene de especial la gripe porcina o gripe A (H1N1)?

Al final, las diferencias entre la gripe corriente y la gripe A no son grandes, en cuanto a síntomas y contagio. Los síntomas son muy parecidos, aunque los producidos por el virus A (H1N1) son más leves, cortos (cuatro días en lugar de siete) y benignos. Actualmente, según la OMS estamos en la Fase 6 de alerta o Fase Pandémica. Pero la gripe siempre ha sido pandémica, ha estado presente en todo el mundo. Ya ha habido antecedentes de gripe porcina. Mira lo que cuentan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades del Gobierno de EEUU: «Año 1976: Una variedad de influenza poco común descubierta en soldados de Fort Dix, New Jersey, provoca la muerte de uno de ellos. Esta variedad, llamada gripe porcina, mató a 500.000 personas en EEUU y a más de 20 millones de personas en todo el mundo entre 1918 y 1919 (`gripe española’). Para evitar que esto ocurriera de nuevo, 50 millones de estadounidenses fueron vacunados en diez semanas, lo que representa un récord mundial. No ocurrió una epidemia de gripe porcina y, desafortunadamente, muchos de los que fueron inmunizados contra la gripe porcina desarrollaron el Síndrome de Guillain-Barré (SGB), una enfermedad neurológica poco común con síntomas similares a los de la polio». Se detectaron más de 500 casos de parálisis. Treinta personas murieron como resultado directo de la vacunación.

– ¿Cabe deducir de todo esto que la gripe es beneficiosa?

Fiebre, inflamación, tos, estornudos, vómito, diarrea … presentes en la gripe, aunque causen molestias, son beneficiosas. Son mecanismos defensivos, purificadores, renovadores. Después de la gripe, estaremos mejor que antes. Inflamación viene de «flama», llama. También se le llama «congestión». El cerebro da la orden de dilatar los capilares para aumentar la circulación sanguínea. Esto causa cuatro signos: tumor (bulto), dolor, calor y rubor. Para describir un tejido inflamado, la medicina usa la terminación «itis». La inflamación de la garganta se llamará faringitis; la de la cavidad nasal, rinitis; la de la vejiga urinaria, cistitis; la de la vagina, vaginitis … A la neumonitis se le conoce más por neumonía. El fenómeno es el mismo. Lo que cambia es la localización y la alteración de la función del tejido inflamado. Si los tejidos son mucosas, puede que haya una producción mayor de moco o pequeñas secreciones líquidas. La rinitis dificulta la entrada de aire por la nariz, la laringitis altera la voz (afonía, ronquera …), etcétera. El mundo y nuestro cuerpo está inundado de virus y bacterias. El virus no es un ser vivo. Es una molécula de ARN. Nuestras células contienen ARN. El virus de la gripe es un desecho celular, no alguien que nos ataca. Que el virus gripal es una consecuencia y no la causa podría explicar que los «portadores sanos» lleven encima el virus gripal sin padecer malestares gripales y que parejas que duermen juntas, se abracen y se besen no se contagien la gripe. No es nada extraño que de vez en cuando nuestro cuerpo decida dejarnos sin fuerzas para concentrarlas en tareas de limpieza profunda, reparación y remodelado. Y más aún cuando nuestras condiciones de vida no son las más adecuadas. Las epidemias tienen sus razones. La naturaleza nos está queriendo advertir de que vamos por mal camino, que tenemos que dar marcha atrás. Por ejemplo, que tenemos que dejar de contaminar, de maltratar y envenenar a los animales y plantas que van a ser nuestro alimento. Consumir vacunas, antivirales y antigripales no es más que aumentar aún más los niveles de contaminación.

– ¿Qué hacer en caso de gripe?

Aprender de la gallina clueca, que con 42 grados de temperatura, los cinco primeros días se queda quieta, sin comer y sin beber. No hagas nada y déjale hacer a la abuela naturaleza. Para que tu cuerpo pueda concentrar sus fuerzas en sus labores defensivas y purificadoras, dále el máximo reposo: la horizontal, la oscuridad, el silencio y el reposo digestivo. No comas si no tienes hambre. Tu cuerpo ha tomado la decisión de alimentarse de las reservas. Bebe según la sed. Si tienes los pies fríos, pónte calcetines o una bolsa de agua caliente. El proceso durará 7 ó 10 días. Los tres o cuatro primeros días vas empeorando y luego irás mejorando. Si se te agota la paciencia y no soportas más la fiebre, expón la piel al aire o mójala con agua templada. En última instancia toma Paracetamol, 10 mg por kg de peso..

«La fiebre mantiene las infecciones a raya»

– Casi todos nos alarmamos cuando nos sube la fiebre. ¿Sigue manteniendo que es beneficiosa?

Si aprendemos a no perder la calma, descansar suficiente, huir de los ruidos y contaminaciones, alimentarnos mejor … el cuerpo necesitará de menos gripes purificadoras. Si tu cerebro ha decidido elevar tu temperatura, no le lleves la contraria. Con más calor, las reacciones bioquímicas de nuestros tejidos van más rápido. Todo está bajo control cerebral. Cuando tu instinto de conservación decida subir la temperatura, provocará escalofríos. Y cuando quiera bajarla, aumentará la sudoración. La fiebre no es peligrosa. Es útil para mantener las infecciones a raya, para evacuar sustancias contaminantes y para destruir células cancerosas. La elevación brusca de temperatura puede causar convulsiones en algunos menores de cinco años. Tratar de bajar la fiebre puede causar posteriormente estas elevaciones bruscas. Estas convulsiones no dejan lesiones cerebrales irreversibles. Personas con lesiones cerebrales han tenido mejorías después de tener convulsiones. El cerebro de los autistas funciona mejor cuando tienen más de 38 grados.

Se está aceptando que la «fiebrefobia», el miedo irracional a la fiebre, es epidémica tanto en la población en general como en los trabajadores sanitarios. La fiebre es la amiga que no hay que reprimir. La fiebre no causa meningitis, pero sí que puede estar combatiendo a una meningitis. Lo que sí es peligroso es tratar de bajar la fiebre. El Ácido Acetil Salicílico en menores de 18 años puede causar lesiones cerebrales graves. Bajar la fiebre puede favorecer la extensión de las infecciones.

– Entonces, ¿desaconseja antigripales y antivirales?

Los antigripales se usan para aliviar molestias, mientras el cuerpo se cura sólo. Pero tienen sus peligros. El descongestionante nasal fenilpropanolamina puede causar infartos cerebrales. Consumir los antivirales que están recomendando, como Tamiflu y Relenza, es correr riesgos de padecer sus efectos adversos, sin garantía de que sirvan para algo.

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(28 de agosto de 2009)