A lo largo de las 4.000 millas recorridas (por la expedición de Oceana) se ha hecho marcaje de tiburones, estudios de plancton, muestreo de sedimentos contaminados y documentación de especies y fondos marinos.
Oceana ha concluido su primera expedición al Golfo de México para evaluar los efectos a largo plazo del vertido de la plataforma Deepwater Horizon de BP. Durante los dos meses de expedición, se han recorrido 4.000 millas, se han realizado 24 inmersiones de submarinistas y se han utilizado dos robots submarinos (ROV). Además de miles de fotografías y vídeo, se han tomado muestras de fondos contaminados, datos sobre especies y hábitats amenazados y parámetros de composición del agua.
Gulf of Mexico Expedition: ROV trials Alabama Alps (September 10, 2010) from Oceana on Vimeo.
“La expedición de Oceana al Golfo de México se diferencia por su enfoque, ya que su objetivo ha sido analizar los impactos a largo plazo del vertido. Gracias a estos dos meses de trabajo de campo, ahora contaremos con información independiente y de primera mano sobre la contaminación que persiste en el área y que no es visible tras el masivo uso de dispersantes”, explica Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana Europa y líder de la expedición.
La expedición a bordo del Oceana Latitude, que ha reunido a un equipo con más de una docena de nacionalidades, se ha realizado en colaboración con científicos de diferentes instituciones. Por ejemplo, se llevó a cabo un marcaje de tiburones con el Acuario Nacional y la Universidad de Miami para averiguar si son capaces de evitar las zonas contaminadas. Esta actividad coincidió con la llegada de la tormenta tropical Nicole, que culminó las difíciles condiciones meteorológicas que han afectado a buena parte de la expedición.
Gulf of Mexico Expedition: Dry tortugas, Shark tagging with University of Miami. (27 September, 2010) from Oceana on Vimeo.
Oceana ha podido documentar también los cientos de buques y plataformas petrolíferas que operan en el Golfo de México, así como la contaminación crónica y no declarada que sufre el área. Los submarinistas se han sumergido en estas aguas sin visibilidad para recoger muestras de sedimentos contaminados y también en reservas marinas bien conservadas, con el fin de tomar imágenes y poder comprobar pasado un tiempo cómo les afecta el vertido. Muchas de las consecuencias del derrame no podrán verse hasta dentro de años.
Expedición Golfo de México: Declaraciones Xavier Pastor Deepwater Horizon (1 de Septiembre, 2010) from Oceana on Vimeo.
Gulf of Mexico Expedition: First ROV images Alabama Alps (13 September, 2010) from Oceana on Vimeo.
Gulf of Mexico Expedition: Sampling dive, Joye shallow site Mobile Bay, Alabama (14 September, 2010) from Oceana on Vimeo.
Por su parte, los científicos a bordo han tendido trampas de plancton para analizar en laboratorio el impacto del petróleo en los microorganismos y en huevos y larvas de especies mayores. Asimismo, han desplegado una red de estaciones de medición de hidrocarburos tóxicos con sensores capaces de medir la contaminación entre la superficie y los 1.800 metros de profundidad.
Margot Stiles Describes Oceana’s First Activity on Gulf Expedition, Examining Baby Fish off Key West August 12, 2010 from Oceana on Vimeo.
Expedición Golfo de México: Campaña de Plancton (12 de Agosto, 2010) from Oceana on Vimeo.
Gulf of Mexico Expedition: End of hidrocarbons research, Latitude heading to Gulfport (September 05, 2010) from Oceana on Vimeo.
La totalidad de las actividades planificadas se han llevado adelante, a pesar de complicaciones burocráticas y meteorológicas. Además, centenares de fotografías y decenas de vídeos se han subido a la web de Oceana a lo largo de la expedición, junto con el diario de a bordo, la ruta seguida y una webcam en tiempo real.
– Expedición al Golfo de México 2010
Oceana dispone de fotografías y vídeo de la expedición
Contacto: Marta Madina ([email protected])
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Emma Hitt www.medscape.com 28 junio 2010
Traducción Amparo Pérez Gutiérrez
www.sinpermiso.info 18 julio 2010
Diversos organismos sanitarios advierten sobre los efectos adversos, psicosociales y cancerígenos del vertido de petróleo en el Golfo de México
Entre las consecuencias del vertido de petróleo en el Golfo de México, deben preverse efectos psicosociales así como médicos, afirman expertos del Instituto de Medicina (IOM, y de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
La explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon en el Golfo de México ocurrió el 20 de abril de 2010. Ese día murieron 11 trabajadores y otros 17 resultaron heridos, pero se desconocen aún los efectos a largo plazo del vertido resultante. El 25 de junio, se habían comunicado 453 quejas por exposición al petróleo a la Asociación norteamericana de Centros de control de tóxicos. De estas llamadas, 174 procedían de Louisiana, 111 de Florida, 95 de Alabama y 38 de Mississippi. Notificaban síntomas como dolores de cabeza, garganta irritada, náuseas, vómitos, dolores oculares y mareos.
El petróleo crudo contiene una mezcla de compuestos de hidrocarburos volátiles: hidrocarburos policíclicos aromáticos que incluyen los carcinógenos benceno, tolueno y xileno. Según los CDC, los síntomas de exposición a estos compuestos incluyen somnolencia, mareos, latidos cardíacos rápidos o irregulares, dolores de cabeza, temblores, confusión y pérdida del conocimiento.
El 22 y 23 de junio, el IOM, que forma parte de las Academias Nacionales de EE.UU. en Washington, DC, realizó un taller en Nueva Orleans, Louisiana, a petición del Departamento de Salud y Servicios Humanos para debatir los problemas de salud relacionados con el vertido.
Los efectos de la exposición podrían manifestarse tras un período de latencia
Durante su presentación, el doctor Scott Barnhart, MD, MPH, de la Universidad de Washington en Seattle, señaló que los efectos de la exposición al vertido de petróleo podrían manifestarse tras un período de latencia: «El petróleo crudo contiene una mezcla compleja de metales pesados y de hidrocarburos volátiles y no volátiles aromáticos policíclicos, que pueden incluir cancerígenos«, afirmó.
Gulf Oil Spill and Human Health, 23-06-2010
Según el Dr. Barnhart, la exposición puede ocurrir a través de las vías dérmica e inhalatoria, así como por la ingestión de alimentos contaminados de petróleo. La toxicidad depende de las dosis y tendría efectos neurológicos, renales, hepáticos, dermatológicos y hematológicos.
Niveles inciertos de carcinógenos
Gina Solomon, MD, científica del Consejo para la Defensa de los Recursos Nacionales, responde en su blog a la afirmación de BP de que «los trabajadores que participan en la limpieza del vertido no corren riesgos de salud, ya que las concentraciones en el aire de sustancias cancerígenas como el benceno están por debajo de los límites marcados (por la Administración de Seguridad y Sanidad Laboral)».
Sin embargo, según la experta, «BP no tiene en cuenta que sus propios datos han mostrado niveles de hidrocarburos superiores al ‘nivel de acción’ de la propia multinacional, así como niveles de benceno y de 2-butoxietanol (la sustancia química dispersante) superiores al límite de exposición recomendado por el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Laboral«.
Importancia de los efectos psicosociales del vertido
De acuerdo con Maureen Lichtveld, MD, MPH, profesora y directora del Departamento de Ciencias de Salud Ambiental en la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans, Louisiana, el factor principal que deben investigar los médicos consiste en las consecuencias psicosociales.
«Desde el punto de vista clínico, los efectos inmediatos son la irritación y problemas respiratorios causados por compuestos orgánicos volátiles» –declaró la Dra. Lichtveld a Medscape Medical News— «pero durante la reunión del IOM se acordó que el aspecto psicosocial debe tener una prioridad mucho más alta que en la actualidad, algo en lo que no suelen pensar los médicos«. Añadió que «tras los sucesos de Nueva Orleans, con el Katrina, advertimos que aún persisten los efectos psicosociales dañinos«. La Dra. Lichtveld participó en el taller del IOM.
Por su parte, la Dra. Solomon señaló que los estudios de seguimiento del vertido de Exxon Valdez mostraron, incluso años después, un aumento significativo de trastornos mentales entre la población local: «Aumentaron los casos de depresión, estrés postraumático y otros trastornos de ansiedad, y se obtuvieron puntuaciones inferiores en las evaluaciones de salud mental» –explicó a Medscape Medical News. Añadió que hasta la fecha no se dispone de datos suficientes para prever, en el futuro, un aumento del riesgo de cáncer, problemas reproductivos o secuelas neurológicas del vertido en el Golfo de México: «Habrá que supervisar a la población«, advirtió.
Guía para profesionales de la salud
Según la Dra. Solomon, los médicos deberían proporcionar una orientación preventiva para proteger a sus pacientes: «Los residentes en la comunidad no deben pescar en zonas declaradas fuera de los límites o donde sea evidente la contaminación por petróleo; y debe desecharse como incomestible tanto el pescado como el marisco que tengan olor a petróleo«.
Además, debe evitarse que la piel entre en contacto directo con agua contaminada, petróleo o bolas de alquitrán: «En cuanto los residentes perciban un olor fuerte a petróleo o sustancias químicas, deben refugiarse en un ambiente con aire acondicionado, preferiblemente en modo de recirculación, para no inhalar el aire contaminado«.
«En general, pueden estar seguros de que la calidad del aire ha sido buena, en general, en la costa del Golfo, y que son improbables los efectos sobre la salud a largo plazo«, afirmó.
Los CDC están supervisando los posibles riesgos y enfermedades que puede ocasionar la exposición al vertido. En la actualidad hay 242 empleados de dichos Centros, así como de la Agencia para Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades, trabajando en el proceso de supervisión; la semana pasada, 21 de ellos fueron asignados a los estados de la costa del Golfo.
Los profesionales de la salud pueden consultar la información sobre el vertido en el sitio Web de CDC. Los temas incluyen: toxicidad del fuel oil, preguntas frecuentes, recomendaciones para realizar un historial de exposición, vigilancia de la salud, y hojas informativas sobre sustancias dispersantes y crudo ligero.
CDC invita a los médicos a enviarles por correo electrónico sus preguntas sobre el vertido del Golfo de México.
(15 de octubre de 2010)