Rodríguez Zapatero (JLRZ) que en 2005 se autoproclamó el más antinuclear de su gobierno, lo cual objetivamente tampoco constituía una nítida declaración de principios aunque sí habló de un plan de cierre de las plantas nucleares, al ir haciéndose mayor ha ido matizando su postura hasta intentar escudarse en su 2ª investidura en las decisiones de la UE.
La Comisión Europea sí apoya sin ambages la energía nuclear, pero su presidente, José Manuel Barroso, ha sentenciado claramente que la bicha en cuestión es competencia plena de los estados miembros. Por lo que el presidente del gobierno español deberá buscar otras excusas para promocionar lo atómico, quizás ya anda en ello; podría ser argumento de peso el imparable encarecimiento del crudo y la electricidad, como reza el artículo a que nos referimos, así como que ya han reactivado su programa nuclear Gran Bretaña, Italia y posiblemente en breve Alemania.
Y como la construcción de nuevas centrales se enfrenta, por el momento y hasta que decidan que el enfrentamiento no es tal, a «dificultades de financiación y de emplazamiento», Zapatero se debate ahora entre respetar y cumplir el programa electoral del PSOE que habla de cerrar las existentes «cuando concluya su vida útil» o prolongar su funcionamiento y no jubilarlas «y, si acaso, repotenciar las plantas más antiguas a modo de parches».
Los pros y los contras
Si hacemos caso al escrito que dá pié a esta columna, la balanza entre anti y pronucleares en el gabinete español se inclina cada vez más a favor de estos últimos: por decisión de Zapatero tras las elecciones de marzo de este año salieron del gobierno ministros antinucleares como el de Trabajo (Jesús Caldera) y Medio Ambiente (Cristina Narbona) y han entrado, en cambio, dos pro, la de Ciencia e Innovación (Cristina Garmendia, que analistas varios significaban en la onda del PNV y que hace una semana ya lanzó otra andanada cuando apoyó abrir el debate nuclear) y sobre todo el de Industria (Miguel Sebastián), con gran influencia sobre el jefe del ejecutivo, Público dixit, y que cauto y con visión de futuro apuesta a la vez por continuar con las energías renovables y por alargar la vida útil de las 6 centrales nucleares en funcionamiento, establecida hasta la fecha en que real decreto lo remedie en los 40 años.
La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, apoyaría la tesis del de Industria mientras el vicepresidente económico, Pedro Solbes, también estaría por alargar en el tiempo el funcionamiento de las centrales nucleares más allá de cuando se considera que dejan de ser seguras.
Público reconoce obstáculos que operan en contra de las tesis nuclearizadoras: el denominado como «incidente de Ascó», el rechazo mayoritario a la energía nuclear de los ciudadanos y ciudadanas del Estado, la postura manifiesta y publicitada con anterioridad por el jefe de gobierno, y la influencia y ascendencia sobre JLRZ de quienes como el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, o Pedro Solbes, «creen» que las nucleares no son rentables por el elevado coste de la gestión de los residuos y en consecuencia no son antinucleares sino contrarios a la energía atómica «por motivos económicos».
Sector energético y medios políticos hacen cábalas al respecto y vislumbran que lo que acontezca el año que viene con la central más arcaica, la de Garoña, el cierre por liquidación o su continuidad, supondrá un hito en la historia nuclear española: si el permiso se prorroga, signo evidente será de que con consenso suficiente el gobierno se deja llevar por los nuevos vientos y «va a abrir la mano», y venderá su alma, «en el tema de la energía nuclear».
Mientras tanto, el Ministerio de Industria debe solventar una papeleta más peliaguda si cabe: dónde emplaza o a quién le endosa el almacén temporal centralizado de residuos de alta radiactividad.
Para concluír, va a ser verdad que tenemos lo que nos merecemos. Y como ocurre con los de la eta, no hay ni más malos ni más buenos, gobierno y foro nuclear no hay más que uno y tan sólo el santo espíritu es uno y trino, digan lo que digan los periódicos.
(artículo publicado en un diario digital español, 22 de junio de 2008)