La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) trataría el tema en su sesión que comienza el 25 de este mes. Su Comisión de Salud invitó para esa misma semana a la OMS y a los laboratorios farmacéuticos involucrados, según precisó el presidente del organismo, el epidemiólogo alemán Wolfgang Wodarg. Según la moción presentada por los catorce parlamentarios de distintos sectores, “con el propósito de promover sus drogas y vacunas patentadas contra la gripe, las compañías farmacéuticas influyeron en científicos y agencias oficiales, responsables de la salud pública, para alarmar a los gobiernos en el mundo entero. Llevaron a despilfarrar valiosos recursos en ineficientes estrategias de vacunación, y expusieron innecesariamente a millones de personas sanas al riesgo de los efectos colaterales desconocidos de vacunas insuficientemente testeadas”.
“Las campañas contra la gripe aviar (2005/6) y contra la gripe A (H1N1) parecen haber dañado también la credibilidad y confiabilidad de importantes agencias internacionales de salud. La definición de una pandemia no debe estar bajo la influencia de los vendedores de drogas”. Por eso, “los estados miembros del Consejo de Europa deberían requerir inmediatas investigaciones”. El Consejo abarca 47 países, incluso Rusia y Turquía.
En una extensa entrevista concedida al periódico francés L’Humanité, Wodarg sostuvo que la declaración de pandemia “no se justificaba”. Sólo fue posible porque, en mayo del año pasado, la OMS cambió su definición de lo que constituye una pandemia: antes, no sólo requería que la enfermedad estallara en muchos países a la vez, sino que tuviera consecuencias muy graves en cuanto a cantidad de casos mortales; en la nueva definición, “se suprimió este criterio y sólo se consideró el ritmo de difusión de la enfermedad”.
“Otra cosa que suscitó mis sospechas –agregó Wodarg– fue la recomendación de la OMS de dar dos dosis de vacuna: no tenía ninguna justificación científica. Tampoco se justificaba su recomendación de utilizar vacunas patentadas: era perfectamente factible, como cada año, completar las vacunas de la gripe estacional con las partículas antivirales específicas para el nuevo virus”.
Según Wodarg, estas nuevas vacunas implican “un riesgo, ya que, en el apuro, en ciertos casos se utilizaron coadyuvantes insuficientemente testeados”, refiriéndose específicamente a “la vacuna elaborada por Novartis”, producida mediante “una técnica que jamás había sido utilizada hasta el momento”.
Wodarg también denunció que “Klaus Stöhr, quien era el jefe del Departamento de Epidemiología de la OMS en la época de la gripe aviar, y que preparó entonces los planes destinados a enfrentar una eventual pandemia, luego pasó a ser un alto funcionario de la empresa Novartis. Vínculos similares existen entre firmas como Glaxo o Baxter y miembros influyentes de la OMS”.
Al mismo tiempo, se dio a conocer una vinculación entre el científico finlandés Juhani Eskola , miembro del Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización ( SAGE ) de la OMS –organismo que asesora a los Estados miembros sobre qué vacunas utilizar y qué cantidades comprar– y la firma GlaxoSmithKline (GSK) , fabricante de una vacuna contra el virus H1N1. En 2009, esta empresa se constituyó en la primera fuente de ingresos del Programa de Investigación en Vacunas de Finlandia, dirigido por Eskola, al cual otorgó nueve millones de dólares. La revelación fue efectuada en Dinamarca por el diario Information. No obstante, Eskola continuará integrando el SAGE, cuyo secretario ejecutivo, Philippe Duclos, argumentó que “el contrato de GSK con la institución dirigida por Eskola no se refiere a la vacuna contra el virus H1N1”.
Keiji Fukuda, asesor especial de la OMS sobre la pandemia de gripe, contestó que “la OMS tiene mecanismos de protección que funcionan contra conflictos de intereses, en general y con respecto a esta pandemia en particular”. Recordó que la enfermedad se cobró por lo menos 13.000 vidas y reiteró que la gripe A (H1N1) “es una pandemia: la OMS jamás cambió su definición básica de pandemia, que es: la diseminación de una enfermedad por el mundo entero”. Agregó que “una razón para que la pandemia no haya sido más grave fue la respuesta sin precedentes de los países del mundo, alertados por las advertencias de la OMS. No sabemos cuántas enfermedades y muertes se impidieron gracias a estas acciones”.
Compras desmesuradas
Gran Bretaña y Alemania, como ya lo habían hecho España y Francia, decidieron cancelar órdenes de compra de vacunas contra la gripe A (H1N1). El Departamento de Salud británico anunció que renegociará sus contratos con Baxter International y con Glaxo-Smith-Kline y Alemania se propone cancelar la mitad de los 50 millones de dosis que había ordenado a Glaxo-Smith-Kline.
El lunes pasado, la ministra de Salud francesa anunció la cancelación de 50 millones de los 94 millones de dosis que ese país había encargado a Sanofi-Aventis, Glaxo-Smith-Kline, Novartis y Baxter. En diciembre, España había anunciado que se proponía devolver dosis sin usar de la vacuna. Holanda y Suiza planean enviar el exceso de vacunas a los países en los que todavía hay carencia.
Una de las razones es que “todos los programas de vacunación se organizaron sobre la base de suministrar dos dosis, pero resultó que sólo es necesario una para lograr la inmunización”, según explicó el «Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades».
– Fuente: Página 12 y Página 12