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Aunque no es un aminoácido esencial, Mikel García Iturrioz considera que arginina puede ser necesario a quienes resulta difícil producirlo en cantidad suficiente para las demandas de su organismo, en la infancia, niñez y juventud, cuando se sufre un traumatismo y en la curación de heridas.
Arginina actúa sobre los niveles de la hormona de crecimiento: «Potencia la producción de hormonas que estimulan el crecimiento y el desarrollo y puede aumentar la masa muscular y la fuerza total».
Interviene en la elaboración de varios compuestos necesarios para la producción de energía muscular y es útil en situaciones de fatiga, debilidad y agotamiento.
Potencia la síntesis del colágeno y acelera la cicatrización de heridas, quemaduras e intervenciones quirúrgicas: «Arginina y vitamina C resulta ser la mejor cicatrización de heridas, en cualquier operación» para García Iturrioz.
Es además inmunoestimulante, y útil en niños con infecciones recurrentes.
En torno a un 80% del flujo seminal masculino es arginina: «Como complemento mejora el recuento espermático y su movilidad, y ayuda en caso de infertilidad masculina asociada a una moderada oligospermia», efecto a potenciar con vitamina E y ginseng.
Respecto a la infertilidad femenina, la suplementación con arginina mejora la respuesta ovárica, la receptividad endometrial y el índice de embarazos.
Asimismo mejora la disfunción eréctil cuando hay un metabolismo anormal del óxido nítrico, vasodilatador que facilita la erección: «Los suplementos de arginina incrementan la vasodilatación en el área genital sin provocar vasodilatación peligrosa en áreas como la cardíaca» en palabras de Iturrioz.
Es preventivo de patología cardiovascular: «Arginina, precursor del óxido nítrico que mantiene los vasos sanguíneos dilatados, permite que el corazón reciba el oxígeno adecuado, actúa como anticoagulante que reduce la agregación plaquetaria y ayuda a regular los niveles de colesterol».
Arginina es también un protector hepático que interviene en el ciclo de la urea para convertir el amoníaco, tóxico cuyo nivel aumenta con el ejercicio intenso, en urea que el cuerpo excreta.
La suplementación con arginina mejora la fibromialgia, el dolor y la fatiga crónicos derivados del agotamiento de la hormona de crecimiento y de la serotonina, así como el dolor y los síntomas de cistitis intersticial, inflamación dolorosa y crónica de la vejiga no relacionada al parecer con una infección declarada.
Iturrioz desaconseja arginina en caso de esquizofrenia, y precaución ante enfermedad renal y hepática y herpes.
Según los doctores Arthur J. Roberts y Mary E. O’Brien , el organismo utiliza L-arginina como precursor para fabricar óxido nítrico, el vasodilatador natural más potente descubierto que contribuye a prevenir la formación de placas de grasa obstructora de las arterias coronarias y otros vasos sanguíneos en las personas con aterosclerosis, y cuya falta puede contribuir a la hipertensión arterial.
Suplementar con arginina evita que plaquetas y leucocitos se peguen a las paredes de las arterias, mejora el flujo sanguíneo a las piernas y reduce el dolor de la arteriopatía periférica o claudicación intermitente.
Este aminoácido se encuentra en los alimentos ricos en proteínas, carnes y lácteos, huevos y pescados, y son también fuentes ricas en L-arginina las habas de soja, calabaza, cidra y frutos secos, aunque: «Es difícil, si no imposible, conseguir la dosis terapéutica de 5 o 6 g. diarios sólo del alimento».
El Dr. Richard Firshein subraya la amplia funcionalidad del óxido nítrico en el organismo humano pues controla la tensión de la sangre y regula su coagulación, funciona como neurotransmisor y ayuda a combatir los tumores y muchos patógenos, pero producirlo en exceso puede originar inflamación.
Suplementar con arginina estimula la síntesis de óxido nítrico y aumenta su cantidad en el cuerpo, por lo que al tomar arginina es importante añadir un cóctel de antioxidantes para evitar que llegue a ser perjudicial.
Documentación utilizada
– Seminario «Nutrición óptima de aminoácidos y proteínas», Mikel García Iturrioz, Madrid, octubre de 2004.
– Mikel García Iturrioz: Guía completa de aminoácidos y proteínas, Madrid, 2004.
– Arthur J. Roberts y Mary O’Brien: Enciclopedia de la Medicina Ortomolecular, Robin book, Barcelona, 2003.
– Richard Firshein: La revolución de los farmanutrientes, Edaf, Madrid, 2001.
– Diccionario terminológico de Ciencias Médicas, Masson, Barcelona, 1998.
(publicado en Conocer Arganzuela nº 147, abril de 2005)