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N-acetil cisteína es la forma más estable y activa biológicamente del aminoácido L-cisteína, que aumenta los niveles celulares del potente antioxidante y desintoxicante glutatión, del cual Mikel García Iturrioz defiende su utilidad para frenar diversos procesos degenerativos relacionados con la edad.
Por reponer los niveles de glutatión, NAC es un protector hepático y mejora la desintoxicación en el hígado y en las células, ayuda a neutralizar metales perjudiciales como mercurio, arsénico, cromo y boro, y protege al hígado y riñones de sus daños.
Destaca también su papel antioxidante y como protector cardiovascular («Previene la oxidación del colesterol LDL y disminuye los niveles de homocisteína en sangre, quizás más problemático que el colesterol», en palabras de Iturrioz), mucolítico útil en bronquitis crónica al reducir la recurrencia de infecciones y en fumadores por sus efectos mucolítico, detoxificante y antioxidante.
NAC es un aminoácido específico antiviral («Los valores elevados de glutatión celular inhiben la propagación viral»), que estimula la respuesta del sistema inmune y ayuda a inhibir el desarrollo de retinopatía diabética y en la prevención del cáncer de colon, concluye García Iturrioz.
En opinión del Dr. Richard Firshein , entre los más poderosos antioxidantes se encuentra el aminoácido NAC, que protege sobre todo al pulmón («Y como nuestros pulmones son tan vulnerables a los radicales libres en este polucionado mundo»), por lo que es un nutriente crucial para la salud en general: «NAC seda los pulmones, sólo y con glutatión, y es particularmente útil para las afecciones respiratorias, bronquitis, asma o enfisema, … NAC limpia los pulmones y los purga de los daños de los radicales libres y la inflamación, rebaja el riesgo de cáncer, de los ataques cardíacos e infecciones por virus y bacterias, y previene el envenenamiento por diferentes tóxicos ambientales».
Según Instituto INCA muchas alergias e intolerancias alimentarias pueden mejorar con NAC («Ya que la sensibilización se produce en el hígado, por su incapacidad para neutralizarlas»); deben evitarse además alimentos como lácteos, mariscos, ciertos cereales y legumbres, y sustancias alérgenas del tipo de los aditivos alimentarios.
Del mismo modo, la toma de NAC ayuda a quienes padecen obstrucción pulmonar crónica por incrementar la actividad destructora de los glóbulos blancos específicos contra las bacterias, reduce los efectos secundarios de fármacos quimioterápicos, inhibe la respuesta del virus de la hepatitis B y potencia la inmunidad al restaurar los niveles de glutatión en sangre.
Documentación utilizada
– Seminario «Nutrición óptima de aminoácidos y proteínas», Mikel García Iturrioz, Madrid, octubre de 2004.
– Mikel García Iturrioz: Guía completa de aminoácidos y proteínas, Madrid, 2004.
– Richard Firshein: La revolución de los farmanutrientes, Edaf, Madrid, 2001.
– Instituto INCA: N-Acetil Cisteína: el gran protector, Info-Inca 6, San Sebastián, Guipúzcoa, 2003.
– Diccionario terminológico de Ciencias Médicas, Masson, Barcelona, 1998.
(publicado en Conocer Arganzuela nº 148, mayo de 2005)