La riqueza de los mares y océanos europeos es enorme, por su variedad de hábitats y por el gran número de especies que albergan: de 230.000 especies marinas catalogadas en todo el mundo, más de 31.000 habitan aguas europeas.
Pero, desde hace varias décadas, esta valiosa biodiversidad se ve arrasada por la contaminación y las agresiones físicas a los ecosistemas: «Si añadimos que el 88% de los stocks pesqueros están sobreexplotados«, afirma Xavier Pastor, director ejecutivo europeo de Oceana [1], «urgen planes de gestión sostenibles, medidas que garanticen el uso razonable del medio ambiente marino, y establecer los mecanismos que garanticen el cumplimiento de estas medidas«.
En los mares europeos, cada día, se realizan unos 275 vertidos ilegales desde buques; se tiran al mar 55.000 toneladas de aguas oleosas, restos de hidrocarburos y sentinas; se impactan con el arrastre más de 350.000 hectáreas de fondos marinos; y se extraen 20.000 toneladas de pescado, más otras 5.000 toneladas que se tiran por la borda.
Cambio climático
Los océanos alivian el calentamiento global al absorber millones de toneladas de dióxido de carbono pero, considera Oceana, su capacidad de absorción se está viendo superada, por lo que, como consecuencia aumentan las emisiones a la atmósfera, se elevan las temperaturas, se incrementa el deshielo y sube el nivel del mar; al introducirse agua templada, se alteran las corrientes marinas, lo que afecta al clima continental.
En paralelo a este proceso, los cambios en la temperatura y la química del agua marina reducen la diversidad biológica y facilitan la aparición de especies invasoras. El dióxido de carbono que absorben los océanos acidifica las aguas, destruye ecosistemas y pone en peligro a los organismos que necesitan el calcio para formar sus esqueletos y caparazones, como los crustáceos, y a los arrecifes de coral que son el hábitat de muchas especies comerciales o alimento de depredadores. Además de su importancia para la formación de playas y su atractivo turístico.
Ricardo Aguilar, director de investigación europeo de Oceana, prosigue: «Más de 1.000 millones de personas en el mundo dependen para su supervivencia de los recursos que se obtienen de los arrecifes de coral, por lo que su desaparición tendrá un serio impacto en su sustento de vida. Además, los arrecifes albergan una cuarta parte de todas las especies marinas conocidas, por lo que el aumento de las emisiones de CO2 y la consecuente acidificación de los océanos es un serio peligro para la estabilidad y la supervivencia de estos ecosistemas«.
Los mayores incrementos del nivel del mar en Europa se han registrado en Noruega, Galicia y Portugal: entre 2,3 y 2,8 milímetros al año, frente a la media de 1,7.
La capa de hielo del Ártico registró su extensión mínima en septiembre de 2007, un 23% inferior al anterior récord, de 2005. Si llegan a darse veranos sin hielos, el oso polar podría extinguirse a finales de siglo.
El Báltico ha sufrido el mayor incremento de la temperatura marina en Europa en los últimos 25 años, con aumentos de 0,06ºC/año, 10 veces más rápido que la media del último siglo.
Graves problemas a los que se enfrentan océanos y mares europeos son, además del cambio climático, la sobrepesca, la destrucción de hábitats y la contaminación.
Sobrepesca
La sobrepesca ha vaciado los mares europeos. Según la Comisión Europea el 88% de los stocks pesqueros están sobreexplotados, y un 69% de ellos se encuentra en riesgo de agotamiento.
Son causas principales el exceso de capacidad de la flota, la aprobación de Totales Admisibles de Capturas excesivos —que responden más a los intereses de la industria pesquera que a las rec0omendaciones científicas— y el uso de artes de pesca ilegales, como las redes de deriva.
Otra parte del problema son las capturas accidentales, provocadas por artes de pesca poco selectivas, y los descartes o porcentaje de las capturas que se devuelven al mar muchas veces por razones puramente económicas. Diariamente se descartan más de 3.000 toneladas de pescado, y en algunas pesquerías, como los arrastreros franceses de profundidad, el porcentaje de descartes alcanza el 90% del peso total de la captura.
El mar Cantábrico es el que tiene sus recursos pesqueros en peor estado, con más de la mitad de los stocks evaluados por ICES sobreexplotados, por lo que Oceana solicita el cierre del 57% de las pesquerías que se encuentran en esta situación.
El mar del Norte es el mar europeo con una mayor cantidad de descartes pesqueros: 960.000 toneladas tiradas por la borda cada año.
El mar Mediterráneo es el más peligroso del mundo para la supervivencia de tiburones: un 42% de sus especies están amenazadas de extinción, frente al 21% mundial.
Especies más sobreexplotadas de los mares europeos
– Bacalao: todos los stocks están sobreexplotados.
– Atún Rojo: la pesquería del Mediterráneo está en riesgo de colapso comercial después de años en los que se ha pescado más de 4 veces lo aconsejado.
– Merluza: se encuentra bajo planes de recuperación que permiten artes que capturan más del 20% de ejemplares jóvenes.
– Pez Espada: se halla sobreexplotado en el Mediterráneo, con un 50-70% de capturas formadas por ejemplares jóvenes.
– Anchoa: en el Cantábrico está cerrada la pesquería, situación a punto de darse en otros caladeros en los que se permite pescar más del doble de lo aconsejado.
– Solla: sobreexplotada en la mayoría de los caladeros, su pesca genera descartes de hasta un 90%.
– Merlán: hay pesquerías abiertas, en contra de las recomendaciones científicas.
– Rape: con capturas superiores, en un 40%, a las aconsejadas.
– Granaderos: en declive, sus poblaciones han caído un 90% en los últimos años, debido a la sobrepesca.
Destrucción de hábitats
Los arrastreros industriales arrasan los fondos marinos con redes en forma de saco que capturan todo lo que encuentran, incluidas especies amenazadas de peces, y destrozan esponjas y corales de siglos de antigüedad.
Ante estas amenazas, el Convenio de Biodiversidad de las Naciones Unidas determina que en 2012 el 10% de los mares debe estar protegido para frenar la pérdida de biodiversidad ecológica. La Unión Europea tiene sólo un 2,7% de superficie marina protegida, según estimaciones de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), por lo que Oceana urge que se actúe.
Actualmente las mayores áreas protegidas de la Unión Europea están en Alemania (Parque Nacional del Schleswig-Holsteinisches Wattenmeer, de 267 km2), estado español (Área Marina Protegida de El Cachucho, 230 km2, en el Cantábrico, única área exclusivamente marina) y Grecia (Parque Nacional de Alonissos-Vories Sporades, con 226 km2).
El mar del Norte sufre el mayor impacto por el arrastre de fondo, con una extensión arrastrada de 57 millones de hectáreas/año, equivalente a la superficie total de sus fondos.
Hay unas 1.200 especies invasoras en los mares europeos, 6 veces más que hace 50 años. Han colonizado el Mediterráneo 2/3 de ellas.
Contaminación
El tráfico marítimo genera en Europa más de 20 millones de toneladas de residuos de hidrocarburos. Casi el 40% de los buques con pabellón comunitario muestra deficiencias en el cumplimiento del convenio MARPOL, que regula la contaminación marina. La contaminación crónica por hidrocarburos provocada por el lavado de tanques, el vertido de aguas de sentinas y otros residuos oleosos, suponen un peligro al menos tres veces superior al que representan las mareas negras que provocan los accidentes. Además de
los efectos de basuras y otros contaminantes.
El Mediterráneo es el mar más contaminado del mundo por hidrocarburos, con más de 400.000 toneladas al año, lo que representa en torno al 15% de los vertidos de hidrocarburos del planeta.
El Báltico tiene el récord en polución por fosfatos y nitratos, con cerca de 250.000 toneladas de nitrógeno y fósforo vertidas al año, casi 600 kilos por kilómetro cuadrado.
El mar Negro es la mayor cuenca anóxica del mundo, con cerca del 87% de sus aguas sin oxígeno y con altos niveles de sulfuro de hidrógeno.
[1] Oceana es una organización internacional que trabaja para proteger y recuperar los océanos del mundo: «Nuestro equipo de científicos marinos, economistas, abogados y otros colaboradores están consiguiendo cambios específicos y concretos en la legislación para reducir la contaminación y prevenir el colapso irreversible de los stocks pesqueros, proteger a los mamíferos marinos y otras formas de vida marina». Tiene oficinas en Europa —Madrid y Bruselas—, en Norteamérica —Washington DC, Juneau en Alaska, Los Ángeles—, y en Santiago de Chile. «Más de 300.000 colaboradores y ciberactivistas en 150 países se han unido ya a Oceana», afirma.
– Fuente: Es Diari (diario digital de Menorca):
www.esdiari.com/.
– Enlaces de este artículo:
. Oceana: https://www.oceana.org/europe/home/.
. Overfishing, pollution and habitat destruction are threatening european seas:
https://oceana.org/europe/media/press-releases/press_release/0/1025.
(5 de junio de 2009)