El desastre de Chernobyl fue catalogado como el peor desastre nuclear en la historia de la humanidad, causando la muerte de decenas de personas de manera directa y miles más por la contaminación radioactiva que dejó secuelas que se sienten hasta el día de hoy.
Sin embargo el ecosistema vegetal de la zona parece haberse recuperado con una velocidad asombrosa, desafiando las expectativas de científicos de todo el mundo quienes en el 2005 iniciaron su primera investigación acerca del fenómeno. En el 2007 se aventuraron a tomar semillas de lino y soja a pocos kilómetros de la zona del accidente y cultivarlas en terreno limpio para intentar entender los mecanismos moleculares.
Para ello, esperaron a que las nuevas plantas diesen semillas y examinaron las proteínas de las mismas. Empleando tecnología proteómica, capaz de identificar cientos de proteínas, investigadores de la Academia de Ciencias Eslovaca compararon la actividad metabólica (cuya huella son las proteínas) de plantas limpias y contaminadas.
Las comparaciones revelaron que la soja y el lino se adaptaron muy bien a sus nuevos ambientes pero empleando tácticas diferentes. De todas formas el mecanismo de adaptación en sí mismo es aún un misterio que los investigadores luchan por resolver pero que sospechan está asociado a los orígenes de la vida en la tierra, que podría haber forzado a las plantas a desarrollar resistencia a la radiación.
De entenderse cómo se logra esto, podrían abrirse nuevas posibilidades para el desarrollo de técnicas de protección contra la radiación cuyas aplicaciones prácticas serían inmensas, desde la protección de trabajadores nucleares hasta viajes espaciales.
– Más información, PDF: Ojo Científico, BBC Mundo, BBC News, Timothy A Mousseau, Chornobyl Center (News and Activites).
(29 de abril de 2011)