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En el transcurso de su conferencia sobre los tés tradicionales que no son té, Emilio Blanco aseguró que casi siempre se usan para el dolor de barriga, así como para tratar el estreñimiento y en general para la destemplanza de cuerpo.
En su opinión: «Cumplen además una importante función en las relaciones sociales de los seres humanos, al igual que el verdadero té o el café, tomar un té es sinónimo de charlar y relajarse con amigos. También se usan frecuentemente en veterinaria popular, así el té de roca (Jasonia glutinosa) se usaba en Castilla para combatir la timpanitis de las vacas».
Aunque son plantas que se usan de toda la vida, antes de la llegada del verdadero té, apenas están estudiadas, por lo que casi nada se sabe de su composición química. Se consideran inocuas y su uso está refrendado por la experiencia de cientos de años. La dosis apropiada estándar es de una cucharada de hierba seca por taza de agua.
A la hora de intentar clasificar estos tés de uso popular, Blanco propone el criterio de la extensión de su uso. Así, especies como el té de roca o el té de piedra (Sideritis hyssopifolia) están muy extendidas, y otras son de uso muy local y sólo se consumen en pequeñas comarcas, aunque existan en muchas otras.
La misma planta tiene a veces distintos nombres populares y distintas aplicaciones, según las zonas, en ocasiones la misma denominación corresponde a plantas diferentes y de propiedades diversas, y la mayoría de las veces se trata de especies no comercializadas ni conocidas fuera de una comarca determinada.
Algunas de las especies más usadas son originarias de América, como el té de Méjico (Bidens aurea) o el té de Argentina (Chenopodium ambrosioides). A la vez, la palabra té se expandió por América, y en la actualidad llaman allí té a muchas otras plantas de estos países, también tomadas como tisana digestiva: «Incluso el conocido mate o Ilex paraguariensis, que rivaliza con el café y el té como bebida caliente más usual en el Cono Sur, fue designado también con los nombres de té de mate, té de los jesuitas, té del Paraguay o té de las misiones».
Té de roca o de Aragón (Jasonia glutinosa)
El más popular y extendido, y el único un poco estudiado en palabras de Blanco, habita en la mitad oriental de la península Ibérica –por ejemplo en el Duratón- y en Baleares además de las zonas calizas del resto peninsular. Es un subendemismo que también vive en el sur de Francia, Sicilia, Malta y Marruecos.
Se recolecta en verano, en plena floración y cuando tiene un tacto muy pegajoso, y se utilizan las sumidades floridas, que deben partirse y no ser arrancadas de cuajo para no dañar la cepa, ya que es planta vivaz.
Se usa seca pero es una de las pocas especies que también puede consumirse fresca y verde en infusión.
En su composición destacan ácidos fenólicos derivados del ácido caféico, flavonoides, aceites esenciales ricos en alcanfor y borneol, y lactonas sesquiterpénicas.
También se usa como té, en la sierra pobre de Madrid y Montejo, Segovia y Burgos, la especie próxima Jasonia tuberosa , conocida como té de burro, té de las viñas o té de tierra, que vive en suelos algo húmedos del centro y noreste.
Otras especies utilizadas son té de piedra o de los Picos de Europa (Sideritis hyssopifolia), té moruno o de Méjico (Bidens aurea), etc.
El Dr. Pío Font Quer dice del té de Aragón que es una especie de uso eminentemente popular, como estomacal y contra las indisposiciones de vientre, en los Pirineos se emplea contra los catarros pulmonares, y a veces se recomienda contra la tuberculosis.
El Dr. Josep Lluís Berdonces i Serra indica que estimula la secreción digestiva si hay falta de apetito y digestión lenta o dificultosa, se utiliza en dolor abdominal y flatulencia, es espasmolítica y se usa en menstruación dolorosa, jaqueca relacionada con digestión deficiente y externamente para lavar heridas. Sin efectos secundarios o indeseables.
El Vademécum de Fitoterapia añade que Jasonia glutinosa en algunas zonas se considera una panacea y se usa como laxante tomada en ayunas, como hipotensora, y en uso externo como hemostática, antifúngica y anttinflamatoria.
Precaución en el embarazo.
REFERENCIAS
– Plantas medicinales. El Dioscórides renovado, Dr. Pío. Font Quer, Labor, Barcelona, 1995.
– Fitoterapia. Vademécum de prescripción, Masson, Barcelona, 1998.
– Diccionario terminológico de Ciencias Médicas, Masson, Barcelona, 1998.
– Enciclopedia de las plantas medicinales, Dr. Jorge Pamplona Roger, Safeliz, Madrid, 1998.
– Gran enciclopedia de las plantas medicinales, Dr. Josep Berdonces i Serra, Tikal, Premiá de Mar Girona, 1999.
– Los tés tradicionales de España, Emilio Blanco Castro, VI Jornadas de Fitoterapia y Etnobotánica, Madrid, 2002.
(publicado en Conocer Arganzuela nº 127, junio de 2003)