Privados de sus derechos, los campesinos ya no pueden conservar los centenares de millares de variedades que ellos seleccionaron pacientemente para adaptarlos a sus agro-sistemas. Las empresas multinacionales los sustituyen por algunas decenas de cultivos industriales destinadas a abastecer a las poblaciones más ricas, sus animales o sus coches. No reproductibles y protegidas por derechos de propiedad intelectual que prohíben a los campesinos volver a sembrar su cosecha, estas semillas industriales son demasiado costosas para los pequeños campesinos que no pueden ni re-adquirirlas cada año, ni comprar los abonos y los pesticidas indispensables para cultivarlas. Destruyen así los cultivos alimenticios, los sistemas sociales, culturales y los conocimientos tradicionales de las comunidades campesinas y de los pueblos indígenas.
Sólo conceder a los agricultores el derecho al reparto de ventajas es una trampa diseñada por el UPOV que se niega a exigir la indicación del origen de los recursos utilizados en el depósito de los COV y por las patentes que sirven de camuflaje de ésta información; este derecho ilusorio sólo sirve para hacer aceptar la negación de los derechos colectivos de los agricultores por los derechos de propiedad intelectual que generan estas “ventajas” que nunca son compartidas.
Utilizar el dinero de la lucha contra el hambre para distribuir gratuitamente estas semillas industriales y los insumos asociados a ellas a los pequeños campesinos que alimentan al pueblo pobre del Sur hasta que abandonen sus semillas campesinas locales es condenarles a desaparecer en cuanto este apoyo no duradero desaparecerá: ésta política agresiva es contraria a la protección de los derechos de los agricultores definidos en el TIRFAA
Los bancos de genes “ex situ” y la biodiversidad cultivada son amenazados hasta en los centros de origen y diversificación por las contaminaciones de OGM patentados, las guerras y el abandono de las financiaciones públicas necesarias para su conservación, en particular en los países del Sur más ricos en biodiversidad cultivada. Sustituirlos por colecciones de secuencias genéticas convertidas en bancos de datos numéricos priva a los campesinos del acceso a la diversidad de las semillas vivas reproductibles de las que tendrán necesidad para alimentar a la humanidad de mañana. Los campesinos no tienen uso para semillas incapaces de germinar, encerradas en un congelador y a las cuales no tienen acceso, ni de su código genético convertido en secuencias numéricas. Sólo las multinacionales podrán apoderarse de este tesoro para comercializar algunas plantas estandarizadas resultantes de genes sintéticos patentados que su potencia financiera les permite fabricar.
Por esta razón la Vía Campesina pide al Comité director del Tratado facilitar lo siguiente:
* aplicar con el conjunto de los países signatarios los derechos de los agricultores para conservar, utilizar, intercambiar y vender sus semillas de explotación, protegerlas de la biopiratería, de contaminaciones por genes patentados y de políticas agresivas que destruyen los sistemas sociales, los agro-sistemas, los sistemas culturales y los conocimientos tradicionales asociados con éstos. Pedimos suspender los derechos de propiedad intelectual sobre las semillas con el fin de permitir a los campesinos a responder lo más rápido posible a las crises alimenticias, climáticas y energéticas.
* conservar la facultad germinativa de las semillas y hacer accesible al conjunto campesinos del planeta los recursos fitogenéticos tomados de sus campos y encerrados en los bancos de genes,
* para movilizar a sus socios financieros, en particular, el programa mundial para la alimentación, con el fin de desarrollar extensos programas de selección participativa al campo y no para distribuir semillas industriales no reproductibles o para convertir las colecciones del sistema multilateral en bases de datos numéricas
* para asociar a la elaboración de sus decisiones las organizaciones de pequeños agricultores reunidas en Via Campesina en la misma medida que los representantes de la industria
Para garantizar esto pedimos incorporar las organizaciones campesinas en el funcionamiento del tratado, especialmente lo siguiente:
* La realización de un informe sobre el respeto a los derechos de los agricultores y la situación de los campesinos en el mundo, partiendo de sus propias experiencias así como de documentos proporcionados por las instituciones gubernamentales
* Un grupo de trabajo con la tarea de asegurar la conformidad de las prácticas de los que utilizan el sistema multilateral con las reglas del Tratado, sobre todo en lo que es tomar medidas concretas para luchar contra la biopiratería
* Un grupo de trabajo encargado de definir un marco para la conservación in situ en las granjas y de facilitar su financiamiento
* Un trabajo común con los CGIAR sobre la definición de recursos ex situ y un código de conducta en relación a las modalidades y el acceso a los recursos, su utilización y el reparto de beneficios
Y con estos fines, de dar a las organizaciones campesinas los medios financieros para participar en estas labores.
– Enlace de la Declaración:
https://www.viacampesina.org/main_sp/index.php?option=com_content&task=view&id=748&Itemid=1.
– Para contactar a la delegación de la Vía Campesina in Tunis: + 85264504508
– Para leer la declaración de Comité Internacional de Planificación:
https://www.foodsovereignty.org.
COMUNICADO DE PRENSA:
LA ENCRUCIJADA DE CARTAGO: ¿LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD PARA EL TRATADO DE LAS SEMILLAS DE LA FAO?
En el camino hacia las cumbres gemelas de finales del año— la cumbre de la crisis alimentaria en Roma en noviembre y la cumbre de la crisis climática que se celebrará en Copenhague en Diciembre— la reunión del Tratado de las Semillas de la FAO (TIRFAA) pone a prueba más que nunca la habilidad de la comunidad internacional para responder a la crisis climática y alimentaria.
“Si no conservamos nuestra diversidad de semillas e implementamos los derechos de los campesinos, el sistema agrícola global no podrá dar respuestas a las condiciones climáticas rápidamente cambiantes”, dijo Adam Kuleij, pastor nómada Massai de Tanzania.
La toma en consideración de los aspectos fundamentales de la conservación en los campos es esencial para el suministro de alimentos. Mientras tanto, lo más destacable y molesto es que los estados miembros han pasado años peleándose por los raquíticos 116 millones de dólares del presupuesto propuesto desde 2007 necesario para cumplir los objetivos básicos del tratado.
El Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP) facilitó la reunión de personas procedentes de cinco continentes, incluyendo 25 países, representantes de campesinos, pastores nómadas y organizaciones indígenas para analizar el estado y el papel del tratado.
El Doctor Malaku Worede de Etiopia, fundador del banco de genes más importante de África y ex-presidente de la Comisión de la ONU que derivó en el tratado, enfatizó el papel clave de los pequeños campesinos en la conservación de la diversidad genética de las semillas:
“Los bancos genéticos ex-situ tienen un papel muy importante. Hemos estado intentando guardar las semillas en los bancos genéticos durante el último medio siglo, con más fracasos que éxitos. Para garantizar un suministro sostenido de germoplasma útil y un sistema más dinámico de conservación de la diversidad viva, debemos apoyar a los campesinos en la conservación de las semillas en sus campos. Si perdemos esta diversidad viva, África y el mundo no podrán adaptarse al cambio climático”, dijo Worede.
Después de un debate de dos días, los representantes exigen lo siguiente:
* A la luz de la emergencia alimentaria, la suspensión de todos los derechos de la propiedad intelectual y otras regulaciones que evitan que los campesinos conserven e intercambien semillas no transgénicas.
* Un compromiso financiero para conservar las semillas en los campos, para la conservación de la diversidad genética en los campos y para prevenir y hacer un seguimiento de la biopiratería.
* El fin de las prácticas de monopolio de las empresas semilleras multinacionales que controlan las semillas, el primer eslabón de la cadena alimentaria.
* Los gobiernos no pueden actuar solos, deben involucrar a los campesinos en el conjunto del proceso de toma de decisiones y los gobiernos deben implementar las decisiones del tratado relativas a los Derechos de los Campesinos.
“Le damos a los estados la última oportunidad para implementar los derechos colectivos de los campesinos y la conservación de semillas en los campos. Si esto no ocurre, dejaremos de considerar el tratado como un organismo relevante para la implementación de la soberanía alimentaria”, dijo Soniamara Maranho, de la Vía Campesina Brasil.
– Contacto: Guy Kastler, La Vía Campesina y Pat Mooney, Grupo ETC +1(613) 291-9793; Luca Bianchi, CIP +(216) 25372536
– Enlace del Comunicado:
https://www.viacampesina.org/main_sp/index.php?option=com_content&task=view&id=747&Itemid=1.
– Campaña COMBAT MONSANTO PARA QUE EL MUNDO DE MONSANTO NUNCA SEA EL NUESTRO:
https://www.combat-monsanto.es/.
– El mundo según Monsanto: entrevista de Marie Monique Robin:
https://www.dailymotion.com/video/x4mbmn_but-du-film-le-monde-selon-monsanto_shortfilms.
(6 de junio de 2009)