Para Greenpeace el urbanismo sigue siendo el mayor problema del litoral estatal: «Muchos ayuntamientos han puesto todo su afán en convertir en suelo urbanizable el mayor porcentaje posible de su territorio, incluídos espacios naturales protegidos, para llenar sus arcas sin preocuparse por construír ciudades habitables, … Los 67 casos contabilizados durante 2008 en los tribunales por corrupción urbanística, con 527 implicados, de los que 180 son cargos públicos, ponen de manifiesto la enorme extensión y gravedad de la falta de transparencia y buena gestión de los responsables políticos».
Greenpeace considera que es el momento de cerrar la puerta a la sinrazón urbanística de los últimos años: «La importante crisis económica debería llevar a los gobernantes a tomar medidas contundentes. Factores como el descenso de la inversión extranjera, sobre todo británica, donde ya no desgrava comprar una 2ª residencia, o la aparición de nuevos destinos turísticos mediterráneos, se han traducido en un acusado declive de ventas de casas en la playa, de hasta un 70% en el caso de Alicante».
«Las administraciones son, o deberían ser, conscientes de esta realidad pero no hacen nada por remediarla, o cuando lo intentan ya es demasiado tarde. Durante 2008 se ha seguido sin poner freno real a las mayores amenazas de nuestro litoral», afirma la organización ecologista.
En algunos puntos de la costa, los elevados niveles de contaminación alcanzan cotas alarmantes: los polos químicos de Huelva y Tarragona o el estado de las rías gallegas deben ser solucionados sin dilación, subraya.
La demagogia que rodea a las infraestructuras involucra a todas las administraciones. Como ejemplo Greenpeace destaca los puertos deportivos: ninguna comunidad autónoma piensa limitar el número de amarres, y sólo en 2008 se plantean 137 ampliaciones o nuevos puertos deportivos e industriales.
«Mientras el desarrollo en la franja litoral siga parámetros insostenibles, jamás habrá agua para abastecer a visitantes y residentes; se sigue permitiendo regar campos de golf con agua sin reciclar y las confederaciones hidrográficas consienten que se continúe robando agua».
«El cambio climático afecta ya al litoral peninsular y aparecen numerosas especies marinas propias de los trópicos. La subida del nivel del mar provocará un retroceso de la línea de costa: en el Atlántico se estima una subida de 35 cm. y en el Mediterráneo entre 20 y 50 cm. para 2050».
Medidas urgentes
Según Greenpeace, a la vista de los datos económicos está muy en entredicho el modelo de desarrollo económico basado en la construcción ilimitada a costa de los recursos y patrimonio natural colectivos, por lo que defiende la urgente puesta en marcha de estas medidas:
1) Finalizar con la expansión ilimitada del urbanismo y proteger de la urbanización la primera franja de 500 metros.
2) Aplicar la Ley de Costas, terminar la delimitación del dominio público, eliminar las construcciones ilegales en el litoral y conservar los espacios costeros.
3) Poner en marcha la Estrategia para la Sostenibilidad de la Costa en estrecha colaboración con las comunidades autónomas y los agentes sociales implicados.
4) Acabar con los vertidos industriales y urbanos, que dañan la calidad de las aguas y los espacios costeros, y fortalecer los planes para luchar contra la contaminación por vertidos y accidentes marítimos.
5) Crear reservas litorales y marinas que permitan conservar amplios tramos y aseguren la recuperación de especies, muchas de las cuales tienen un elevado valor comercial.
Ante la incógnita de cuál será la política de costas del nuevo Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Greenpeace exige al nuevo ministerio, para comenzar su andadura, el derribo del hotel construído ilegalmente en El Algarrobico (Almería), «símbolo de la degradación costera» en el Estado español.
Conservación de las costas en cada comunidad autónoma
Andalucía, con 817 km. de litoral, tiene 18 puntos negros. Destacan dos de los lugares más contaminados de la península ibérica: el polo químico de Huelva y la bahía de Algeciras. Greenpeace denuncia, además, la pésima gestión del litoral que realiza la Junta de Andalucía.
Comunidad Valenciana, con 518 km. de costa, tiene 11 puntos negros. Destacan los grandes desarrollos turísticos, especialmente Marina D,Or Golf y el Manhattan de Cullera, el aumento de puertos deportivos y la contaminación. Greenpeace denuncia 11 casos de urbanismo desmedido.
Murcia, con 274 km. de costa, Greenpeace analiza 7 puntos negros en una comunidad autónoma en la que desde 1987 la construcción ha aumentado un 200% y se desprotegen espacios naturales para construír complejos turísticos como Marina de Cope.
Canarias, con 1.583 km. de costa y 10 puntos negros ha visto florecer en los últimos años los casos de corrupción, con 118 personas implicadas en irregularidades urbanísticas. Greenpeace denuncia que las islas siguen acosadas por la corrupción urbanística.
Ceuta y Melilla cada ciudad autónoma tiene un punto negro y ambas presentan un elevado índice de ocupación de su territorio: Ceuta 35,4% y Melilla 53,3%. Greenpeace denuncia especialmente el desfigurado paisaje marino de Ceuta.
Cataluña, con 700 km. de costa, tiene 10 puntos negros y casi la mitad de su litoral se encuentra ya urbanizado lo que representa el grado de urbanización más alto de todo el Estado, costa enladrillada a la que se suma en 2008 la proyección de 6.000 nuevos amarres deportivos.
Baleares, con 1.428 km. de litoral y el 12% de la oferta total de amarres del Mediterráneo, Greenpeace ha seleccionado 7 puntos negros.
Galicia, con 1.498 km. de costa y 19 puntos negros, plantea triplicar su oferta de amarres para embarcaciones en los próximos años y desfigurar su costa con granjas de acuicultura. La contaminación de sus rías es uno de los aspectos más negativos. Greenpeace denuncia que la urbanización, los puertos deportivos, la acuicultura y la contaminación de las rías están destruyendo la costa gallega.
Euskadi, con 246 km. de costa tiene 5 puntos negros, destacando los problemas de contaminación pues aquí se encuentran el 33% de las industrias metalúrgicas más contaminantes. Greenpeace denuncia que la presión urbanística y la contaminación son los principales problemas de la costa vasca.
Cantabria, con 284 km. de costa, se analizan 5 puntos negros. Aproximadamente el 50% de los estuarios han sido modificados por la acción humana. Greenpeace reclama al gobierno cántabro que ejecute las sentencias de derribo de viviendas ilegales en su costa.
Asturias, con 345 km. de costa tiene 6 puntos negros y está sufriendo una presión urbanística sin precedentes: únicamente en la franja oriental está prevista la construcción de más de 30.000 viviendas.
(artículo publicado en un diario digital español, 2 de julio de 2008)