Anamú-mapurito fitoterapia tradicional base del 1er inmuno estimulante natural cubano

( Fotografía Infojardín)

Zoé Lemus, investigadora del laboratorio que produce el preparado herbario a base de anamú [[- Anamú (Petiveria alliacea L.): hierba perenne de la familia de las fitolacaceas, nativa de la América tropical, florece y fructifica durante todo el año y crece cerca de los cultivos y en terrenos tanto yermos como cultivados de toda la isla. Calificada de mala hierba o indeseable, sus hojas son ricas en oligoelementos inorgánicos, en su composición destacan también alcaloides, glucósidos, saponinas y taninos. Usada tradicionalmente por sus propiedades antiespasmódicas, antihelmínticas, antiherpéticas, antiinflamatorias, antirreumáticas y diuréticas, y en uso externo para múltiples problemas de la piel, se le atribuyen asimismo efecto anticanceroso y abortivo. La Comisión Técnica de Fitomed previene que puede causar trastornos digestivos, y en el ganado atrofia muscular.]], [[- En Salud para ti se añade que en Brasil se utiliza la planta entera de anamú, en infusión, como antiespasmódico, diurético, estimulante, sudorífico y en problemas de la menstruación; y que anamú se emplea contra artritis, malaria, reumatismo, problemas de la memoria y como analgésico local, y como antiinflamatorio para la piel. Considerada más potente que las hojas, la raíz tiene propiedades anestésicas y analgésicas. Y la planta entera, además de útil en cáncer y diabetes, tiene propiedades antivirales. En diversos estudios ha demostrado sus propiedades antitumorales y/o anticancerígenas, con efectos antileucémico y citotóxico contra varios tipos de células cancerosas; remitiendo en concreto al estudio publicado en 2008 en la revista BMC Complementary and Alternative Medicine y su interés frente a tumores malignos. Asimismo registra su fuerte efecto hipoglucemiante, inmunoestimulante y analgésico y antiinflamatorio frente a la artritis. Como precauciones, subraya evitar su ingesta en el embarazo -por estimular contracciones uterinas- y tomarla bajo supervisión las personas a quienes se administra anticoagulantes -por contener una pequeña cantidad de coumarin en su composición- y las personas diabéticas e hipoglucémicas. Por último hace referencia a un estudio de la Universidad del Cauca, Colombia, que concluyó su posible efecto carcinógeno si se consume anamú en grandes cantidades.]], [[- En Europa, o al menos en el estado español, anamú (Petiveria Alliacea) es más conocida como Mapurito -pues bajo esta denominación se comercializa habitualmente-, planta de la que se asegura que, además de efectiva frente a microbacterias y bacterias gram-positivo y gram-negativo, en una investigación de la universidad estadounidense de Minnessota se detectó en su composición Interferón , utilizado en tratamientos antitumorales y antivíricos. Entre las aplicaciones más comunes de Mapurito destacan, además de los procesos carcinógenos, los endocrinos y óseos, así como en artritis reumatoide -por sus propiedades antiinflamatorias, analgésicas y de regeneración celular.]], [[- Con todas las prevenciones y reservas -pues no cita fuente alguna en la que base su afirmación al respecto- recogemos la información de Infojardín cuando resalta los nombres con los que se conocería la planta anamú (Petiveria alliacea): Anamú, Yerba de ajo, Apacín, Apacina, Apazote, Calauchín, Chanviro, Epacina, Hierba de las gallinitas, Hierba de toro, Hierba zorrillo, Huevo de gato, Ipacina, Mapurite, Mapurito, Mozote, Mucara, Mucura, Namú, Paiché, Payché, Raíz de Guiné, Raíz de pipí, Raíz del Congo, Tipí, Unamú, Verbena hedionda, Yerba de las gallinitas, Yerba del toro.]], [[- La Asociación Española de Pacientes con Cefalea -AEPAC -en cuya web, sin ir más lejos, no deja de llamar la atención el visible logo de Pfizer, entre escéptica e irónica, pese a que la reseña sobre anamú comienza resaltando su histórica asociación a la brujería, con todo enumera los principios biológicamente activos que en la planta se han descubierto (flavonoides, triterpenos, esteroides y combinados de azufre) y también se hace eco de estudios de la universidad estadounidense de Illinois que, entre más de 1.400 extractos de plantas como terapias innovadoras para la prevención y tratamiento del cáncer, destacó que anamú fue identificada como una de las 34 con propiedades anticancerígenas.]], [[- Creemos poner un digno punto y seguido a esta aproximación a los principios y propiedades de anamú con la espléndida sistematización que José Illnait Ferrer efectúa en 4 páginas en la Revista cubana de Ciencias Biológicas CENIC. Puede constituír una guinda a las referencias que sobre anamú es posible encontrar en internet.]], ha explicado que hasta el momento se dispone ya de unas 160.000 tabletas, destinadas en un primer momento a consultas especializadas del Hospital Oncológico Conrado Benítez y del Centro VIH-Oriente en el Hospital Juan Bruno Zayas, para coadyuvar a restaurar el sistema inmunológico de personas con cáncer y sida, deprimido a consecuencia de las afecciones que sufren y de los agresivos tratamientos que se les dispensa, y favorecer así tanto su calidad de vida como la eficacia de los propios tratamientos.

El satisfactorio resultado de los ensayos realizados hasta la fecha, en animales, han posibilitado el registro sanitario del nuevo preparado herbario, cuya elaboración se interpreta en Cuba como logro y resultado del trabajo integrado entre los investigadores del LFO, del Centro de Toxicología y Biomedicina y del Buró Regulatorio para la Protección de la Salud en Santiago de Cuba.

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( Fotografía: saludparati.com foro.univision.com)

Documentación a destacar de la existente en la red (a día y hora actuales, 188.000 referencias de anamú)

«La Tableta de Anamú un medicamento herbario inmunoestimulante» MsC Zoe Lemus Rodríguez, Lic Marta Estrella García Pérez, Dr Alexander Batista Duharte, Dra Odalys de la Guardia Peña, Dr Alfredo Alfonso Castillo – Laboratorio Farmacéutico Oriente / Medisan 2004;8(3):57-64

Anamú (Petiveria alliacea) Comisión Técnica de Fitomed Red Telemática de Salud en Cuba

Anamú (Petiveria Alliacea) Salud para ti Alternativas para una mejor salud

«Petiveria alliacea extracts uses multiple mechanisms to inhibit growth of human and mouse tumoral cells» Grupo de Inmunobiología y Biología Celular, Fac. Ciencias Universidad Javeriana Bogotá Colombia y otros BMC Complementary and Alternative Medicine 18-11-2008

«El anamú entre la mística y la realidad» Asociación Española de Pacientes con Cefalea AEPAC 09-12-2009

Nombre vulgar o común de «Petiveria Alliacea» Infojardín

«Principales referencias etnomédicas sobre el anamú (Petiveria alliacea Linn) principios activos encontrados en la planta Un acercamiento al tema» José Illnait Dr Ciencias Biológicas Centro Nacional de Investigaciones Científicas Ciudad de La Habana Cuba Revista CENIC Ciencias Biológicas vol 38 nº1 2007 pp 27-30


Mileyda Menéndez Dávila [email protected]
Lucía Araujo [email protected]
Leyanis Infante [email protected]
Juventud Rebelde 20 febrero 2010

Jardines botánicos, verdes catedrales de la ciencia. El 27 de febrero se celebra el Día del trabajador botánico en Cuba. Por ello, Juventud Rebelde nos acerca en este artículo a la historia y funciones de esta red en el país

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( Fotografía Juventud Rebelde

En 1968, en el páramo del oeste capitalino plagado de piedras, aroma y marabú pedía Fidel que se erigiera un espacio con fines educativos y conservacionistas, un centro adscrito a la Universidad de La Habana, pero distante de ella decenas de kilómetros: el Jardín Botánico Nacional (JBN). Fue preciso unir los días a las noches para crear en poco más de una década un oasis vegetal, orgullo hoy de la ciencia cubana. Trabajadores, estudiantes y profesores de la Universidad, junto a jóvenes del cercano Instituto Tecnológico Revolución, levantaron bosques, recogieron piedras (¡miles de metros cúbicos!), sembraron más de 600 hectáreas de césped y regaron miles de posturas para dar vida a cada zona fitogeográfica tropical y a las colecciones especiales (el Herbario, el Palmetum), según un plan director y un diseño científico novedosos y atrevidos para su época.

“Tiempo fecundo aquel, en que la oscuridad dejaba de serlo gracias a las luces de camiones y tractores, recuerda la Doctora Ángela Teresita Leyva, directora de la institución desde 1972, quien llegó aquí siendo apenas una estudiante: «Materializamos el sueño de Fidel. Con su ayuda inestimable lo hicimos realidad. Celia Sánchez nos visitaba mucho, y en una oportunidad nos envió un camión de orquídeas de Pilón»”.

“A la par de esta labor de fomento, especialistas del JBN efectuaban expediciones a las montañas y sitios intrincados de la naturaleza cubana en busca de nuevas especies, y también para apropiarse del ambiente que tratarían de reproducir en el Jardín con toda la exactitud que permitieran el clima y el suelo capitalinos”.

Ángela, que es hoy Doctora en Ciencias Biológicas, investigadora y profesora titular de la Universidad de La Habana, habla del JBN como un proyecto en permanente evolución: «Respecto a centros homólogos en países tropicales marchamos a la vanguardia. No somos segundos de nadie ni por el caudal humano ni por la proyección moderna, e incluso atrevida, del Jardín. Algunas representaciones paisajísticas parecen regiones naturales del archipiélago, dada su fidelidad a los modelos».

“El 24 de marzo de 1984, la verde catedral de la capital cubana abrió sus puertas al público general y especializado para no cerrarlas excepto en momentos de contingencia natural, como el paso de ciclones. Con el tiempo —a sugerencia de Fidel— se levantaron tres pabellones cerca de la entrada principal (dos umbráculos, para las plantas de sombra, y un solarium) y se acondicionó un Jardín Japonés con ayuda del Gobierno de esa nación. La directora define ambos sitios como insignias del JBN por la acogida que tienen en el público”.

“También integraron áreas especializadas de máximo interés como el ecorestaurante El Bambú, el Bosque Martiano, el área de Etnobotánica (plantas usadas comúnmente por los cubanos con fines alimenticios, ornamentales o religiosos) y otros espacios de recreación donde se cultiva en el público infantil y adulto el interés y respeto por la biodiversidad vegetal tropical”.

Lluvia, viento, fuego

“Pero las buenas intenciones del Jardín no lo resguardan de realidades globales alarmantes como el cambio climático, fenómenos meteorológicos extremos, incendios, contaminación de las aguas y el aire, desertificación …”

“Según explica Ángela, la red cubana de jardines botánicos tiene bien establecido su plan de acción para adaptarse a tales desafíos, e incluye desde la capacitación intensa de sus trabajadores hasta la definición de áreas donde la aridez y la falta de lluvia implicarán una mayor especialización en plantas que soporten ese clima.”

“«No recuerdo un año en que no hayamos mitigado algún incendio en nuestro Jardín, sobre todo en la época seca», comenta Ángela. Como además estamos en el Occidente del país, por donde acostumbran a pasar la mayoría de los huracanes, tenemos un plan de medidas para mitigar sus efectos: en pabellones y viveros se bajan al piso todas las plantas, o se acuestan, para que el viento no las tumbe; se cubren los equipos de trabajo y se podan árboles”.

“«Recuperarnos puede durar meses, pero se trabaja sin descanso para no afectar al público, sobre todo en verano. Por ejemplo, en 2004 el huracán Charlie —al que apodaron “el Leñador”— derribó aquí 390 árboles. También en 2008 Ike y Gustav nos dañaron mucho, sobre todo el primero, debido a las grandes ráfagas de aire asociadas a estos fenómenos»”.

Ciencia en movimiento

“Para garantizar su labor como coordinador de la Red Nacional de Jardines Botánicos —que cumplirá 20 años en 2010— el JBN desarrolló una valiosa infraestructura en laboratorios, viveros, biblioteca y espacios para alojamiento y docencia, de los cuales se sirven cada año especialistas de todo el país, y bajo su follaje han germinado ya decenas de maestrías y doctorados en Biología, Botánica y otras disciplinas afines”.

“A pesar de las limitaciones económicas para mantener el riego y la fitosanidad en jardines pequeños como el de Sancti Spíritus y para obtener variedades fuera del país, la especialización y el intercambio de ejemplares han sido procesos vitales de esta red científica. De ese modo expanden por toda la Isla el conocimiento sobre la flora tropical que cada región atesora y tratan de proteger especies de alto valor científico”.

“«Cuba tiene alrededor de 7.020 especies diferentes, 6.700 son nativas, pero es muy difícil tenerlas todas en un solo jardín: acá no podemos cultivar las de altas montañas ni las de suelos muy especializados, pero cada vez que podemos vamos al monte y traemos una ramita, una semilla … así cada año incrementamos nuestro potencial», explica la directora”.

“Por eso cataloga de muy valiosa la labor de jardines como el de Pinar del Río o el de Las Tunas, sin olvidar los muy especializados como el orquideario de Soroa o la colección de más de 300 helechos que conserva Santiago de Cuba”.

“Según pudo comprobar JR en el Jardín Botánico de Sancti Spíritus, nuestras provincias son muy ricas en diversidad biológica y aún quedan plantas endémicas en su hábitat natural, pero muchas están bajo amenaza de extinción porque no son siquiera reconocidas en su ambiente: la gente convive con ellas o las encuentra en una visita y no puede imaginarse su valía si antes no se le ha hecho saber. Destinar espacios al estudio profundo de estas plantas y darlas a conocer a la población es una labor científica importante, pero muy costosa. Por eso, el CITMA” [[CITMA: Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.]] “no cesa de buscar financiamiento para mejorar las condiciones de trabajo”.

“Sin ánimo de ser pretenciosos, cada uno de estos recintos pudiera reclamar también un espacio en el libro de honor de los conservacionistas de la fauna tropical americana, pues más de cien especies de aves y numerosas familias de insectos, reptiles, anfibios y hasta pequeños mamíferos como ardillas, jutías, murciélagos y liebres han encontrado en estos residencia, a lo que se suma su privilegiada ubicación en el corredor del Caribe que utilizan las aves migratorias”.

“«El mayor reto para los biólogos que nos hereden será la conservación del potencial genético de estos jardines, mediante modernas técnicas biotecnológicas, que hoy están fuera de nuestro alcance», augura Ángela”.

(24 febrero 2010)